¿Qué dice el Salmo 37?
SALMO 37 RV1960
El camino de los malos
Salmo de David.
1 No te impacientes a causa de los malignos,
Ni tengas envidia de los que hacen iniquidad.
2 Porque como hierba serán pronto cortados,
Y como la hierba verde se secarán.
3 Confía en Jehová, y haz el bien;
Y habitarás en la tierra, y te apacentarás de la verdad.
4 Deléitate asimismo en Jehová,
Y él te concederá las peticiones de tu corazón.
5 Encomienda a Jehová tu camino,
Y confía en él; y él hará.
6 Exhibirá tu justicia como la luz,
Y tu derecho como el mediodía.
7 Guarda silencio ante Jehová, y espera en él.
No te alteres con motivo del que prospera en su camino,
Por el hombre que hace maldades.
8 Deja la ira, y desecha el enojo;
No te excites en manera alguna a hacer lo malo.
9 Porque los malignos serán destruidos,
Pero los que esperan en Jehová, ellos heredarán la tierra.
10 Pues de aquí a poco no existirá el malo;
Observarás su lugar, y no estará allí.
11 Pero los mansos heredarán la tierra,
Y se recrearán con abundancia de paz.
12 Maquina el impío contra el justo,
Y cruje contra él sus dientes;
13 El Señor se reirá de él;
Porque ve que viene su día.
14 Los impíos desenvainan espada y entesan su arco,
Para derribar al pobre y al menesteroso,
Para matar a los de recto proceder.
15 Su espada entrará en su mismo corazón,
Y su arco será quebrado.
16 Mejor es lo poco del justo,
Que las riquezas de muchos pecadores.
17 Porque los brazos de los impíos serán quebrados;
Mas el que sostiene a los justos es Jehová.
18 Conoce Jehová los días de los perfectos,
Y la heredad de ellos será para siempre.
19 No serán avergonzados en el mal tiempo,
Y en los días de hambre serán saciados.
20 Mas los impíos perecerán,
Y los enemigos de Jehová como la grasa de los carneros
Serán consumidos; se disiparán como el humo.
21 El impío toma prestado, y no paga;
Mas el justo tiene misericordia, y da.
22 Porque los benditos de él heredarán la tierra;
Y los malditos de él serán destruidos.
23 Por Jehová son ordenados los pasos del hombre,
Y él aprueba su camino.
24 Cuando el hombre cayere, no quedará postrado,
Porque Jehová sostiene su mano.
25 Joven fui, y he envejecido,
Y no he visto justo desamparado,
Ni su descendencia que mendigue pan.
26 En todo tiempo tiene misericordia, y presta;
Y su descendencia es para bendición.
27 Apártate del mal, y haz el bien,
Y vivirás para siempre.
28 Porque Jehová ama la rectitud,
Y no desampara a sus santos.
Para siempre serán guardados;
Mas la descendencia de los impíos será destruida.
29 Los justos heredarán la tierra,
Y vivirán para siempre sobre ella.
30 La boca del justo habla sabiduría,
Y su lengua habla justicia.
31 La ley de su Dios está en su corazón;
Por tanto, sus pies no resbalarán.
32 Acecha el impío al justo,
Y procura matarlo.
33 Jehová no lo dejará en sus manos,
Ni lo condenará cuando le juzgaren.
34 Espera en Jehová, y guarda su camino,
Y él te exaltará para heredar la tierra;
Cuando sean destruidos los pecadores, lo verás.
35 Vi yo al impío sumamente enaltecido,
Y que se extendía como laurel verde.
36 Pero él pasó, y he aquí ya no estaba;
Lo busqué, y no fue hallado.
37 Considera al íntegro, y mira al justo;
Porque hay un final dichoso para el hombre de paz.
38 Mas los transgresores serán todos a una destruidos;
La posteridad de los impíos será extinguida.
39 Pero la salvación de los justos es de Jehová,
Y él es su fortaleza en el tiempo de la angustia.
40 Jehová los ayudará y los librará;
Los libertará de los impíos, y los salvará,
Por cuanto en él esperaron.
SALMO 37 NVI
Salmo de David.
Álef
1 No te enojes a causa de los malvados
ni envidies a los malhechores;
2 porque pronto se marchitan, como la hierba;
como la hierba verde, pronto se secan.
Bet
3 Confía en el Señor y haz el bien;
establécete en la tierra y mantente fiel.
4 Deléitate en el Señor
y él te concederá los deseos de tu corazón.
Guímel
5 Encomienda al Señor tu camino;
confía en él y él actuará.
6 Hará que tu justicia resplandezca como el alba;
tu justa causa, como el sol de mediodía.
Dálet
7 Guarda silencio ante el Señor
y espera en él con paciencia;
no te enojes ante el éxito de otros,
de los que maquinan planes malvados.
He
8 Refrena la ira, deja la furia;
no te enojes, pues esto conduce al mal.
9 Porque los malvados serán exterminados,
pero los que esperan en el Señor heredarán la tierra.
Vav
10 Dentro de poco los malvados dejarán de existir;
por más que los busques, no los encontrarás.
11 Pero los humildes heredarán la tierra
y disfrutarán de gran bienestar.
Zayin
12 Los malvados conspiran contra los justos
y rechinan los dientes contra ellos;
13 pero el Señor se ríe de los malvados,
pues sabe que les llegará su hora.
Jet
14 Los malvados sacan la espada y tensan el arco
para abatir al pobre y al necesitado,
para matar a los que viven con rectitud.
15 Pero su propia espada les atravesará el corazón
y su arco quedará hecho pedazos.
Tet
16 Más vale lo poco de un justo
que la abundancia de muchos malvados;
17 porque el brazo de los malvados será quebrado,
pero el Señor sostendrá a los justos.
Yod
18 El Señor conoce la vida de los íntegros,
y su herencia perdura por siempre.
19 En tiempos difíciles no serán avergonzados;
en épocas de hambre tendrán abundancia.
Caf
20 Los malvados, los enemigos del Señor,
acabarán por ser destruidos;
desaparecerán como las flores silvestres,
se desvanecerán como el humo.
Lámed
21 Los malvados piden prestado y no pagan,
pero los justos dan con generosidad.
22 Los benditos del Señor heredarán la tierra,
pero los que él maldice serán exterminados.
Mem
23 El Señor afirma los pasos del hombre
cuando le agrada su modo de vivir;
24 podrá tropezar, pero no caerá,
porque el Señor lo sostiene de la mano.
Nun
25 Fui joven y ahora soy viejo,
pero nunca he visto al justo en el abandono
ni que sus hijos mendiguen pan.
26 Prestan siempre con generosidad;
sus hijos son una bendición.
Sámej
27 Apártate del mal y haz el bien,
y siempre tendrás dónde vivir.
28 Porque el Señor ama al justo
y no abandona a quienes le son fieles.
Ayin
El Señor los protegerá para siempre,
pero la descendencia de los malvados será exterminada.
29 Los justos heredarán la tierra
y por siempre vivirán en ella.
Pe
30 La boca del justo imparte sabiduría
y su lengua proclama la justicia.
31 La Ley de Dios está en su corazón
y sus pies jamás resbalan.
Tsade
32 Los malvados acechan a los justos
con la intención de matarlos,
33 pero el Señor no los dejará caer en sus manos
ni permitirá que los condenen en el juicio.
Qof
34 Pero tú, espera en el Señor
y sigue su camino,
que él te exaltará para que heredes la tierra.
Cuando los malvados sean exterminados,
tú lo verás con tus propios ojos.
Resh
35 He visto al déspota y malvado
extenderse como árbol frondoso en su propio suelo.
36 Pero pasó al olvido y dejó de existir;
lo busqué y ya no pude encontrarlo.
Shin
37 Observa a los que son íntegros y honestos:
hay porvenir para quien busca la paz.
38 Pero todos los transgresores serán destruidos;
el porvenir de los malvados será el exterminio.
Tav
39 La salvación de los justos viene del Señor;
él es su fortaleza en tiempos de angustia.
40 El Señor los ayuda y los libra;
los libra de los malvados y los salva,
porque en él se refugian.
SALMO 37 NTV
[a]Salmo de David.
1 No te inquietes a causa de los malvados
ni tengas envidia de los que hacen lo malo.
2 Pues como la hierba, pronto se desvanecen;
como las flores de primavera, pronto se marchitan.
3 Confía en el Señor y haz el bien;
entonces vivirás seguro en la tierra y prosperarás.
4 Deléitate en el Señor,
y él te concederá los deseos de tu corazón.
5 Entrega al Señor todo lo que haces;
confía en él, y él te ayudará.
6 Él hará resplandecer tu inocencia como el amanecer,
y la justicia de tu causa brillará como el sol de mediodía.
7 Quédate quieto en la presencia del Señor,
y espera con paciencia a que él actúe.
No te inquietes por la gente mala que prospera,
ni te preocupes por sus perversas maquinaciones.
8 ¡Ya no sigas enojado!
¡Deja a un lado tu ira!
No pierdas los estribos,
que eso únicamente causa daño.
9 Pues los perversos serán destruidos,
pero los que confían en el Señor poseerán la tierra.
10 Pronto los perversos desaparecerán;
por más que los busques, no los encontrarás.
11 Los humildes poseerán la tierra
y vivirán en paz y prosperidad.
12 Los malvados conspiran contra los justos;
les gruñen de manera desafiante.
13 Pero el Señor simplemente se ríe,
porque ve que el día de su juicio se acerca.
14 Los perversos sacan sus espadas
y ponen cuerdas a sus arcos
para matar al pobre y al oprimido,
para masacrar a los que hacen lo correcto.
15 Pero sus espadas atravesarán su propio corazón,
y se les quebrarán los arcos.
16 Es mejor ser justo y tener poco
que ser malvado y rico.
17 Pues la fuerza de los malvados será destrozada,
pero el Señor cuida a los justos.
18 Día a día el Señor cuida a los inocentes,
y ellos recibirán una herencia que permanece para siempre.
19 No serán avergonzados en tiempos difíciles;
tendrán más que suficiente aun en tiempo de hambre.
20 Pero los perversos morirán;
los enemigos del Señor son como las flores del campo,
desaparecerán como el humo.
21 Los perversos piden prestado y nunca pagan,
pero los justos dan con generosidad.
22 Los bendecidos por el Señor poseerán la tierra,
pero aquellos a quienes él maldice, morirán.
23 El Señor dirige los pasos de los justos;
se deleita en cada detalle de su vida.
24 Aunque tropiecen, nunca caerán,
porque el Señor los sostiene de la mano.
25 Una vez fui joven, ahora soy anciano,
sin embargo, nunca he visto abandonado al justo
ni a sus hijos mendigando pan.
26 Los justos siempre prestan con generosidad
y sus hijos son una bendición.
27 Aléjate del mal y haz el bien,
y vivirás en la tierra para siempre.
28 Pues el Señor ama la justicia
y nunca abandonará a los justos.
Los mantendrá a salvo para siempre,
pero los hijos de los perversos morirán.
29 Los justos poseerán la tierra
y vivirán allí para siempre.
30 Los justos ofrecen buenos consejos;
enseñan a diferenciar entre lo bueno y lo malo.
31 Han hecho suya la ley de Dios,
por eso, nunca resbalarán de su camino.
32 Los malvados esperan en emboscada a los justos,
en busca de una excusa para matarlos.
33 Pero el Señor no permitirá que los perversos tengan éxito
ni que los justos sean condenados cuando los lleven a juicio.
34 Pon tu esperanza en el Señor
y marcha con paso firme por su camino.
Él te honrará al darte la tierra
y verás destruidos a los perversos.
35 He visto a gente malvada y despiadada
florecer como árboles en tierra fértil.
36 Pero cuando volví a mirar, ¡habían desaparecido!
¡Aunque los busqué, no pude encontrarlos!
37 Miren a los que son buenos y honestos,
porque a los que aman la paz les espera un futuro maravilloso.
38 Pero los rebeldes serán destruidos;
para ellos no hay futuro.
39 El Señor rescata a los justos;
él es su fortaleza en tiempos de dificultad.
40 El Señor los ayuda;
los rescata de los malvados.
Él salva a los justos,
y ellos encuentran refugio en él.
Footnotes
- 37: Este salmo es un poema acróstico hebreo: cada estrofa comienza con una letra del alfabeto hebreo en forma consecutiva.
SALMO 37 TLA
Triunfo del bueno, fracaso del malvado
SALMO 37 (36)
Himno de David.
1 No te enojes
por causa de los malvados,
ni sientas envidia
de los malhechores,
2 pues son como la hierba
que al cortarla pronto se seca.
3 Tú debes confiar en Dios.
Dedícate a hacer el bien,
establécete en la tierra
y mantente fiel a Dios.
4 Entrégale a Dios tu amor,
y él te dará lo que más deseas.
5 Pon tu vida en sus manos,
confía plenamente en él,
y él actuará en tu favor;
6 así todos verán con claridad
que tú eres justo y recto.
7 Calla en presencia de Dios,
y espera paciente a que actúe;
no te enojes
por causa de los que prosperan
ni por los que hacen planes malvados.
8 No des lugar al enojo
ni te dejes llevar por la ira;
eso es lo peor que puedes hacer.
9 Los malvados serán destruidos,
pero los que esperan en Dios
recibirán la tierra prometida.
10 Dentro de poco no habrá malvados;
podrás buscar y rebuscar,
pero no encontrarás uno solo.
11 En cambio, la gente humilde
recibirá la tierra prometida
y disfrutará de mucha paz.
12 Los malvados, en su enojo,
miran con rabia a los buenos
y buscan hacerles mal;
13 pero Dios se burla de ellos,
pues sabe que pronto serán destruidos.
14 Los malvados sacan la espada
y preparan sus arcos y flechas
para matar a la gente pobre,
a los que viven honradamente.
15 ¡Pero sus arcos y sus flechas
quedarán hechos pedazos,
y será su propia espada
la que les parta el corazón!
16 Más vale un pobre honrado
que muchos ricos malvados.
17 Dios pondrá fin
al poder de los malvados,
pero apoyará a los que son honrados.
18 Dios conoce la conducta
de los que viven honradamente;
la tierra prometida
será de ellos para siempre.
19 Cuando lleguen los días malos
no pasarán vergüenzas;
cuando otros no tengan comida,
a ellos les sobrará.
20 Los malvados serán destruidos;
¡se desvanecerán como humo!
Los enemigos de Dios se marchitarán
como si fueran flores silvestres.
21 Los malvados piden prestado
y nunca pagan sus deudas,
pero los justos prestan
y dan con generosidad.
22 Los que Dios ha bendecido
vivirán en la tierra prometida,
pero los que él ha maldecido
serán eliminados.
23 Cuando a Dios le agrada
la conducta de un hombre,
lo ayuda a mantenerse firme.
24 Tal vez tenga tropiezos,
pero no llegará a fracasar
porque Dios le dará su apoyo.
25 Ni antes cuando era joven,
ni ahora que ya soy viejo,
he visto jamás gente honrada
viviendo en la miseria,
ni tampoco que sus hijos
anden pidiendo pan.
26 Cuando la gente honrada regala algo,
siempre lo hace con generosidad;
sus hijos son una bendición.
27 Así que aléjate de la maldad
y haz siempre lo bueno,
así te quedarás para siempre
en la tierra prometida.
28-29 Dios ama la justicia
y jamás abandonará a su pueblo.
¡Siempre lo protegerá!
Los suyos vivirán para siempre
en la tierra prometida,
pero los malvados y sus hijos
serán destruidos por completo.
30 Cuando los buenos hablan,
lo hacen siempre con sabiduría,
y siempre dicen lo que es justo.
31 Siempre tienen presentes
las enseñanzas de su Dios;
por eso jamás tienen tropiezos.
32 Los malvados espían a los buenos
para matarlos cuando menos lo esperan,
33 pero Dios no permite
que caigan en sus manos;
y si los llevan a juicio,
no permite que los condenen.
34 Pero tú, confía en Dios
y cumple su voluntad.
Él te pondrá muy en alto
y te dará la tierra prometida.
¡Ya verás con tus propios ojos
cuando los malvados sean destruidos!
35 A mí me ha tocado ver
a gente malvada y grosera,
que se extiende por todos lados
como si fuera un árbol frondoso.
36 Pero esa gente pronto pasa;
en un instante deja de existir;
cuando la buscas, ya no la encuentras.
37 Fíjate bien en la gente honrada,
observa a los que hacen lo bueno;
para esta gente de paz
hay un futuro brillante,
38 pero los pecadores
serán todos destruidos;
¡el único futuro de los malvados
es su total destrucción!
39 Dios salva a los buenos.
Cuando llegan los días malos,
Dios es su único refugio.
40 Dios les brinda su ayuda
y los salva de los malvados;
les da la victoria
porque en él confían.
Explicación del Salmo 37
El Salmo 37, escrito por David, es un salmo de sabiduría que contrasta el destino de los malvados con el de los justos. David exhorta a los creyentes a no inquietarse por la aparente prosperidad de los impíos, ya que su éxito es temporal. En lugar de preocuparse, los justos deben confiar en el Señor, hacer el bien y deleitarse en Él, porque Dios recompensa la fidelidad y la rectitud. El salmo recalca que, aunque los malvados puedan prosperar por un tiempo, finalmente serán destruidos, mientras que los justos heredarán la tierra y disfrutarán de la paz.
Información sobre el Salmo 37
El Salmo 37 es un poema acróstico, donde cada versículo o grupo de versículos comienza con una letra consecutiva del alfabeto hebreo. Este salmo se enfoca en ofrecer sabiduría y consejo para vivir de manera justa en un mundo donde la maldad parece prevalecer. David instruye a los fieles a confiar en Dios y no envidiar el éxito de los malvados, ya que la justicia divina prevalecerá a su debido tiempo. Este salmo es a la vez una exhortación y un consuelo, recordándonos que Dios está en control y que la rectitud será recompensada.
Contexto Histórico
El Salmo 37 fue escrito por David en su vejez, lo que sugiere que es el resultado de años de experiencia y reflexión. David había visto cómo los malvados prosperaban temporalmente, pero también cómo la justicia de Dios finalmente se imponía. Este salmo refleja su comprensión madura de la justicia divina y su confianza en que Dios siempre actúa con justicia. Es probable que este salmo haya sido escrito durante un período de paz, cuando David tuvo la oportunidad de reflexionar sobre la vida y compartir su sabiduría con la generación más joven.
Estilo Literario
El Salmo 37 es un salmo de sabiduría y está escrito en un estilo didáctico, utilizando un formato acróstico para organizar los pensamientos de manera estructurada. Cada sección del salmo ofrece consejos prácticos y exhortaciones para los fieles, como confiar en el Señor, hacer el bien y esperar pacientemente en Dios. El lenguaje es directo y orientado a la enseñanza, con un enfoque en la vida cotidiana de los creyentes. Este estilo literario hace que el salmo sea accesible y fácil de recordar, ofreciendo lecciones que los fieles pueden aplicar a sus vidas.
Relevancia Teológica
Teológicamente, el Salmo 37 subraya la soberanía y justicia de Dios. A pesar de que los malvados pueden prosperar temporalmente, su destino final es la destrucción. Este salmo refuerza la idea de que Dios es justo y que Él recompensa la fidelidad y la rectitud. También enseña que los creyentes deben vivir en confianza y paz, sabiendo que Dios está en control y que su justicia se manifestará en el tiempo adecuado. La teología del salmo ofrece consuelo a aquellos que enfrentan la injusticia y el mal, recordándoles que la bondad y la fidelidad son eternamente recompensadas por Dios.
Quién lo escribió
El Salmo 37 fue escrito por David, un rey y profeta que vivió una vida marcada por la devoción a Dios y por muchas pruebas y persecuciones. En este salmo, David comparte su experiencia y sabiduría adquirida a lo largo de los años, enseñando a los fieles a confiar en Dios a pesar de las circunstancias difíciles. Su autoría añade peso al mensaje del salmo, ya que David había experimentado personalmente la verdad de las palabras que escribe. Su vida de fe y su confianza en la justicia divina hacen que este salmo sea una poderosa guía para la vida piadosa.
Aplicación del Salmo 37
El Salmo 37 es relevante para todos los creyentes que luchan con la aparente prosperidad de los malvados y la injusticia en el mundo. Este salmo nos enseña a confiar en Dios y a esperar pacientemente su justicia, sabiendo que Él es fiel y justo. También nos anima a no envidiar a los malvados, sino a deleitarnos en el Señor y hacer el bien. El salmo ofrece una guía práctica para vivir una vida de fe, enfocándonos en la fidelidad y en la confianza en la justicia divina. Es un recordatorio de que la prosperidad de los malvados es temporal, pero la bendición de los justos es eterna.
Enseñanzas principales del Salmo 37
Confianza en Dios: El salmo nos exhorta a confiar en el Señor y a no preocuparnos por la aparente prosperidad de los malvados, sabiendo que Dios es justo y que actuará a su debido tiempo.
Fidelidad y rectitud: David nos llama a hacer el bien, deleitarnos en el Señor y comprometernos con sus caminos, asegurando que Dios recompensa la fidelidad.
Paciencia en la espera: El salmo enfatiza la importancia de esperar pacientemente en Dios, confiando en que su justicia se manifestará en el tiempo adecuado.
El destino de los malvados: A lo largo del salmo, se repite que los malvados, aunque prosperen temporalmente, finalmente serán destruidos por su maldad.
La herencia de los justos: David asegura que los justos heredarán la tierra y disfrutarán de una paz duradera, contrastando su destino con el de los malvados.
En resumen, el Salmo 37 es una guía práctica y espiritual para los creyentes, enseñándonos a vivir en confianza, fidelidad y paciencia, sabiendo que Dios es justo y que recompensará a los que le siguen con una herencia eterna.