¿Qué dice el Salmo 67?
SALMO 67 RV1960
Exhortación a las naciones, para que alaben a Dios
Al músico principal; en Neginot. Salmo. Cántico.
1 Dios tenga misericordia de nosotros, y nos bendiga;
Haga resplandecer su rostro sobre nosotros; Selah
2 Para que sea conocido en la tierra tu camino,
En todas las naciones tu salvación.
3 Te alaben los pueblos, oh Dios;
Todos los pueblos te alaben.
4 Alégrense y gócense las naciones,
Porque juzgarás los pueblos con equidad,
Y pastorearás las naciones en la tierra. Selah
5 Te alaben los pueblos, oh Dios;
Todos los pueblos te alaben.
6 La tierra dará su fruto;
Nos bendecirá Dios, el Dios nuestro.
7 Bendíganos Dios,
Y témanlo todos los términos de la tierra.
Reina-Valera 1960 ® © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960.
SALMO 67 NVI
Al director musical. Acompáñese con instrumentos de cuerda. Salmo. Cántico.
1 Dios tenga piedad de nosotros y nos bendiga;
Dios haga resplandecer su rostro sobre nosotros, Selah
2 para que en la tierra sea conocido tu camino
y en todas las naciones, tu salvación.
3 ¡Que te alaben, oh Dios, los pueblos;
que todos los pueblos te alaben!
4 Alégrense y canten con júbilo las naciones,
porque tú las juzgas con rectitud,
y guías a las naciones de la tierra. Selah
5 ¡Que te alaben, oh Dios, los pueblos;
que todos los pueblos te alaben!
6 La tierra dará entonces su fruto,
y Dios, nuestro Dios, nos bendecirá.
7 Dios nos bendecirá
y le temerán todos los confines de la tierra.
Santa Biblia, NUEVA VERSIÓN INTERNACIONAL® NVI® © 1999, 2015, 2022 por Biblica, Inc.®, Inc.®
SALMO 67 NTV
Para el director del coro: cántico. Salmo, acompáñese con instrumentos de cuerda.
1 Que Dios tenga misericordia y nos bendiga;
que su rostro nos sonría con favor. Interludio
2 Que se conozcan tus caminos en toda la tierra
y tu poder salvador entre los pueblos por todas partes.
3 Que las naciones te alaben, oh Dios;
sí, que todas las naciones te alaben.
4 Que el mundo entero cante de alegría,
porque tú gobiernas a las naciones con justicia
y guías a los pueblos del mundo. Interludio
5 Que las naciones te alaben, oh Dios;
sí, que todas las naciones te alaben.
6 Entonces la tierra dará sus cosechas,
y Dios, nuestro Dios, nos bendecirá en abundancia.
7 Así es, Dios nos bendecirá,
y gente de todo el mundo le temerá.
La Santa Biblia, Nueva Traducción Viviente, © Tyndale House Foundation, 2010.
SALMO 67 TLA
Dios, guía de todas las naciones
SALMO 67 (66)
Instrucciones para el director musical: Este himno deberá cantarse acompañado de instrumentos de cuerda.
1 Dios mío,
ten compasión de nosotros
y danos tu bendición.
Míranos con alegría
y muéstranos tu amor;
2 así todas las naciones del mundo
conocerán tus enseñanzas
y tu poder para salvar.
3 Dios mío,
¡que te alaben los pueblos!
¡Que todos los pueblos te alaben!
4 ¡Que todas las naciones se alegren
y canten llenas de felicidad!
Tú gobiernas a los pueblos con justicia;
¡tú guías a las naciones de la tierra!
5 Dios mío,
¡que te alaben los pueblos!
¡Que todos los pueblos te alaben!
6 La tierra dará grandes cosechas,
y tú nos bendecirás.
7 Sí, tú nos bendecirás;
a ti te alabarán
los más lejanos países de la tierra.
Copyright © 2000 by United Bible Societies
Explicación Salmo 67
El Salmo 67 es un cántico de alabanza y súplica que destaca la bondad y misericordia de Dios, pidiendo su bendición sobre su pueblo para que el mundo entero pueda conocer su salvación. Este salmo combina una petición de bendición divina con un enfoque misionero, anhelando que todas las naciones de la tierra lleguen a conocer a Dios y le adoren. Es una oración por la expansión del reino de Dios entre todas las culturas, un tema que sigue siendo relevante en el contexto actual.
Información sobre el Salmo 67
A lo largo de este salmo, se percibe un deseo profundo de que el nombre de Dios sea conocido en todas partes. Se centra en el reconocimiento global de su justicia y rectitud, con la esperanza de que su bendición sobre Israel se extienda a todos los pueblos de la tierra. A través de la gracia derramada sobre su pueblo, el mundo sería testigo de la naturaleza divina de Dios y se uniría en adoración a Él. Este himno es un ejemplo claro de la intersección entre la bendición divina y la misión.
Contexto Histórico
Aunque no se especifica un momento histórico exacto, el Salmo 67 podría haber sido escrito durante un tiempo en el que Israel estaba buscando la bendición de Dios, quizás después de un periodo de dificultad o escasez, como una sequía o guerra. La referencia a la tierra produciendo su fruto en el versículo 6 puede sugerir un contexto agrícola, donde la comunidad daba gracias a Dios por una cosecha abundante. En un sentido más amplio, refleja el deseo del pueblo de Israel de ver la gloria de Dios manifestada no solo en su nación, sino en todas las naciones.
Estilo Literario
Este salmo sigue la estructura de un himno de alabanza con elementos de súplica. Contiene un ritmo poético que llama a la alabanza de todas las naciones, alternando entre peticiones a Dios y llamados a los pueblos para que le adoren. Su estilo está impregnado de una visión de adoración universal, que comienza con la bendición de Dios sobre su pueblo y termina con la expectativa de la adoración global. El uso de repeticiones refuerza el mensaje de que la bendición de Dios debe ser conocida por todas las naciones.
Relevancia Teológica
Desde una perspectiva teológica, este salmo destaca la universalidad de la misión de Dios. Su bendición sobre Israel no es exclusiva, sino que tiene la intención de alcanzar a todas las naciones. El salmo subraya que la prosperidad y las bendiciones de Dios no deben quedarse en su pueblo, sino que deben extenderse como un testimonio vivo de su bondad y salvación. De esta manera, el salmo también nos enseña acerca del deseo de Dios de que todos los pueblos del mundo lo conozcan y le adoren. Es un recordatorio de la responsabilidad de los creyentes de reflejar la bendición de Dios en sus vidas, para que otros sean atraídos hacia Él.
Quién lo escribió
La autoría del Salmo 67 no está claramente identificada. Algunos eruditos sugieren que pudo haber sido escrito por un levita o un salmista anónimo, ya que este tipo de cánticos era común en los servicios del templo. Sin embargo, su enfoque en la adoración de Dios y su deseo de que las naciones conozcan su grandeza lo vincula con otros salmos atribuidos a autores como David.
Aplicación del Salmo 67
Hoy en día, este salmo sigue siendo relevante para los cristianos, recordándonos la importancia de orar por la bendición de Dios, no solo para beneficio personal o comunitario, sino para que todos los pueblos del mundo lleguen a conocer su salvación. Es un llamado a la misión global, enfatizando que la obra de Dios no está limitada a una nación o un pueblo, sino que abarca toda la humanidad. En un mundo donde la globalización está en auge, este salmo nos invita a reflexionar sobre cómo la bendición de Dios en nuestras vidas puede ser un testimonio que lleve a otros a Cristo.
Enseñanzas principales del Salmo 67
- La bendición divina tiene un propósito misionero: No solo se pide a Dios que bendiga a su pueblo, sino que esta bendición tiene un fin mayor, que es la expansión de su reino en todas las naciones.
- Dios es justo y misericordioso: El salmo destaca la justicia de Dios, subrayando que su gobierno es equitativo y perfecto. Este concepto de la justicia divina sirve como un motivo para que las naciones se vuelvan a Él.
- Adoración universal: El deseo del salmista es que todos los pueblos de la tierra se unan en alabanza a Dios. Este enfoque en la adoración global refleja el plan de Dios para redimir y restaurar a todas las naciones.
- La tierra responde a la bondad de Dios: El fruto de la tierra mencionado en el salmo simboliza la provisión y fidelidad de Dios, indicando que incluso la naturaleza misma responde a su bondad. Este elemento subraya la relación entre el Creador y su creación.
- El poder de la alabanza: A lo largo del salmo, la alabanza es vista como una respuesta adecuada ante la manifestación del poder y la gracia de Dios. La alabanza no solo es un acto de gratitud, sino también una declaración de fe que reconoce la soberanía divina.
Este pasaje nos recuerda que la bendición de Dios no debe ser guardada para nosotros mismos, sino compartida con todos aquellos que nos rodean.