¿Qué dice el Salmo 31?
SALMO 31 RV1960
Declaración de confianza
Al músico principal. Salmo de David.
1 En ti, oh Jehová, he confiado; no sea yo confundido jamás;
Líbrame en tu justicia.
2 Inclina a mí tu oído, líbrame pronto;
Sé tú mi roca fuerte, y fortaleza para salvarme.
3 Porque tú eres mi roca y mi castillo;
Por tu nombre me guiarás y me encaminarás.
4 Sácame de la red que han escondido para mí,
Pues tú eres mi refugio.
5 En tu mano encomiendo mi espíritu;
Tú me has redimido, oh Jehová, Dios de verdad.
6 Aborrezco a los que esperan en vanidades ilusorias;
Mas yo en Jehová he esperado.
7 Me gozaré y alegraré en tu misericordia,
Porque has visto mi aflicción;
Has conocido mi alma en las angustias.
8 No me entregaste en mano del enemigo;
Pusiste mis pies en lugar espacioso.
9 Ten misericordia de mí, oh Jehová, porque estoy en angustia;
Se han consumido de tristeza mis ojos, mi alma también y mi cuerpo.
10 Porque mi vida se va gastando de dolor, y mis años de suspirar;
Se agotan mis fuerzas a causa de mi iniquidad, y mis huesos se han consumido.
11 De todos mis enemigos soy objeto de oprobio,
Y de mis vecinos mucho más, y el horror de mis conocidos;
Los que me ven fuera huyen de mí.
12 He sido olvidado de su corazón como un muerto;
He venido a ser como un vaso quebrado.
13 Porque oigo la calumnia de muchos;
El miedo me asalta por todas partes,
Mientras consultan juntos contra mí
E idean quitarme la vida.
14 Mas yo en ti confío, oh Jehová;
Digo: Tú eres mi Dios.
15 En tu mano están mis tiempos;
Líbrame de la mano de mis enemigos y de mis perseguidores.
16 Haz resplandecer tu rostro sobre tu siervo;
Sálvame por tu misericordia.
17 No sea yo avergonzado, oh Jehová, ya que te he invocado;
Sean avergonzados los impíos, estén mudos en el Seol.
18 Enmudezcan los labios mentirosos,
Que hablan contra el justo cosas duras
Con soberbia y menosprecio.
19 ¡Cuán grande es tu bondad, que has guardado para los que te temen,
Que has mostrado a los que esperan en ti, delante de los hijos de los hombres!
20 En lo secreto de tu presencia los esconderás de la conspiración del hombre;
Los pondrás en un tabernáculo a cubierto de contención de lenguas.
21 Bendito sea Jehová,
Porque ha hecho maravillosa su misericordia para conmigo en ciudad fortificada.
22 Decía yo en mi premura: Cortado soy de delante de tus ojos;
Pero tú oíste la voz de mis ruegos cuando a ti clamaba.
23 Amad a Jehová, todos vosotros sus santos;
A los fieles guarda Jehová,
Y paga abundantemente al que procede con soberbia.
24 Esforzaos todos vosotros los que esperáis en Jehová,
Y tome aliento vuestro corazón.
SALMO 31 NVI
Al director musical. Salmo de David.
1 En ti, Señor, busco refugio;
jamás permitas que me avergüencen.
Por tu justicia, líbrame.
2 Inclina a mí tu oído
y acude pronto a socorrerme.
Sé tú mi roca de refugio,
la fortaleza de mi salvación.
3 Guíame, pues eres mi roca y mi fortaleza,
dirígeme por amor a tu nombre.
4 Líbrame de la trampa que me han tendido,
porque tú eres mi refugio.
5 En tus manos encomiendo mi espíritu;
líbrame, Señor, Dios de la verdad.
6 Odio a los que adoran ídolos vanos;
yo, por mi parte, confío en ti, Señor.
7 Me alegro y me regocijo en tu amor,
porque tú has visto mi aflicción
y conoces las angustias de mi alma.
8 No me entregaste al enemigo,
sino que me pusiste en lugar espacioso.
9 Tenme compasión, Señor, que estoy angustiado;
el dolor debilita mis ojos,
mi alma y mi cuerpo.
10 La vida se me va en angustias
y los años en lamentos;
la aflicción está acabando con mis fuerzas
y mis huesos se van debilitando.
11 Por causa de todos mis enemigos,
soy motivo de desprecio para mis vecinos;
soy un espanto para mis amigos;
de mí huyen los que me encuentran en la calle.
12 Me han olvidado, como si hubiera muerto;
soy como una vasija hecha pedazos.
13 Son muchos a los que oigo murmurar:
«Hay terror por todas partes».
Se han confabulado contra mí
y traman quitarme la vida.
14 Pero yo, Señor, en ti confío,
y digo: «Tú eres mi Dios».
15 Mi vida entera está en tus manos;
líbrame de mis enemigos y perseguidores.
16 Haz resplandecer tu rostro sobre tu siervo;
por tu gran amor, sálvame.
17 Señor, no permitas que me avergüencen,
porque a ti he clamado.
Que sean avergonzados los malvados
y silenciados en el sepulcro.[a]
18 Que sean silenciados sus labios mentirosos,
porque hablan contra los justos
con orgullo, desdén e insolencia.
19 ¡Cuán grande es tu bondad!
La reservas para los que te temen,
y a la vista de la gente la derramas
sobre los que en ti se refugian.
20 Al amparo de tu presencia los proteges
de las intrigas humanas;
en tu morada los resguardas
de las lenguas contenciosas.
21 Bendito sea el Señor,
pues mostró su gran amor por mí
cuando me hallaba en una ciudad sitiada.
22 En mi angustia llegué a decir:
«¡He sido arrojado de tu presencia!».
Pero tú oíste mi voz suplicante
cuando te pedí que me ayudaras.
23 Amen al Señor, todos sus fieles;
él protege a los dignos de confianza,
pero a los orgullosos les da su merecido.
24 Cobren ánimo y ármense de valor,
todos los que en el Señor esperan.
Footnotes
- 31:17 sepulcro. Lit. Seol.
SALMO 31 NTV
Para el director del coro: salmo de David.
1 Oh Señor, a ti acudo en busca de protección;
no dejes que me avergüencen.
Sálvame, porque tú haces lo correcto.
2 Inclina tu oído para escucharme;
rescátame pronto.
Sé mi roca de protección,
una fortaleza donde estaré a salvo.
3 Tú eres mi roca y mi fortaleza;
por el honor de tu nombre, sácame de este peligro.
4 Rescátame de la trampa que me tendieron mis enemigos,
porque solo en ti encuentro protección.
5 Encomiendo mi espíritu en tu mano;
rescátame, Señor, porque tú eres un Dios fiel.
6 Detesto a los que rinden culto a ídolos inútiles;
yo confío en el Señor.
7 Me gozaré y me alegraré en tu amor inagotable,
porque has visto mis dificultades
y te preocupas por la angustia de mi alma.
8 No me entregaste a mis enemigos,
sino que me pusiste en un lugar seguro.
9 Ten misericordia de mí, Señor, porque estoy angustiado.
Las lágrimas me nublan la vista;
mi cuerpo y mi alma se marchitan.
10 Estoy muriendo de dolor;
se me acortan los años por la tristeza.
El pecado me dejó sin fuerzas;
me estoy consumiendo por dentro.
11 Todos mis enemigos me desprecian
y mis vecinos me rechazan;
¡ni mis amigos se atreven a acercarse a mí!
Cuando me ven por la calle,
salen corriendo para el otro lado.
12 Me han olvidado como si estuviera muerto,
como si fuera una vasija rota.
13 He oído cantidad de rumores sobre mí,
y el terror me rodea.
Mis enemigos conspiran en mi contra;
hacen planes para quitarme la vida.
14 Pero yo confío en ti, oh Señor;
digo: «¡Tú eres mi Dios!».
15 Mi futuro está en tus manos;
rescátame de los que me persiguen sin tregua.
16 Que tu favor brille sobre tu siervo;
por causa de tu amor inagotable, rescátame.
17 No permitas que me avergüencen, oh Señor,
pues a ti clamo por ayuda.
Que los malvados pasen vergüenza,
que queden callados en la tumba.[a]
18 Silencia sus labios mentirosos,
esos labios orgullosos y arrogantes que acusan al justo.
19 Qué grande es la bondad
que has reservado para los que te temen.
La derramas en abundancia sobre los que acuden a ti en busca de protección,
y los bendices ante la mirada del mundo.
20 Los escondes en el refugio de tu presencia,
a salvo de los que conspiran contra ellos.
Los proteges en tu presencia,
los alejas de las lenguas acusadoras.
21 Alaben al Señor,
porque me ha mostrado las maravillas de su amor inagotable;
me mantuvo a salvo cuando atacaban mi ciudad.
22 Lleno de pánico, clamé:
«¡Me han separado del Señor!».
Pero tú oíste que supliqué misericordia
y respondiste a mi pedido de auxilio.
23 ¡Amen al Señor todos los justos!
Pues el Señor protege a los que le son leales,
pero castiga severamente a los arrogantes.
24 Así que, ¡sean fuertes y valientes,
ustedes los que ponen su esperanza en el Señor!
Footnotes
- 31:17 En hebreo en el Seol.
SALMO 31 TLA
Tú eres quien me protege
SALMO 31 (30)
Himno de David.
1 Dios de Israel,
tú eres un Dios justo;
no me dejes pasar vergüenza.
¡Sálvame, pues confío en ti!
2 Préstame atención,
ven pronto a socorrerme.
Protégeme como una enorme roca,
rodéame como una alta muralla.
3 ¡Tú eres la roca que me protege!
¡Tú eres la muralla que me salva!
Guíame y dirígeme,
pues así lo prometiste.
4 No me dejes caer en la trampa
que me han puesto mis enemigos;
¡tú eres mi protector!
5 Tú eres un Dios fiel.
¡Sálvame!
¡Mi vida está en tus manos!
6 Odio a los que adoran ídolos,
pues éstos no sirven para nada;
¡pero yo en ti confío!
7 Tu bondad me llena de alegría,
pues me viste sufrir y me cuidaste,
8 me libraste de mis enemigos,
y me diste libertad.
9 Dios mío, tenme compasión,
pues estoy muy angustiado,
siento dolor en todo el cuerpo
y mis ojos ya no aguantan más.
10 Toda mi vida he sufrido,
toda mi vida he llorado;
mi maldad me debilita,
mis huesos no me sostienen.
11 Amigos y enemigos
me ven como poca cosa;
al verme en la calle
se espantan y huyen de mí.
12 Me tienen olvidado,
como si ya me hubiera muerto;
¡parezco un vaso hecho pedazos!
13 Mucha gente habla mal de mí,
y hasta mí llegan sus chismes
de que parezco un fantasma.
Todos se han puesto en mi contra,
y hasta quieren matarme.
14 ¡Pero tú eres mi Dios!
¡En ti he puesto mi confianza!
15 Mi vida está en tus manos;
¡sálvame de mis enemigos!,
¡sálvame de los que me persiguen!
16 Yo estoy a tu servicio:
¡muéstrame tu buena voluntad!
¡Por tu gran amor, sálvame!
17 Dios mío,
mira que te estoy llamando;
no me dejes pasar vergüenza.
¡Que pasen vergüenza los malvados!
¡Échalos a la tumba!
18 ¡Calla a esos mentirosos,
que me desprecian y me humillan!
19 Tú eres muy bondadoso
con la gente que te honra;
a la vista de todo el mundo
derramas tu bondad
sobre los que en ti confían.
20 Tu presencia los pone a salvo
de los planes malvados;
tú los proteges de la maldad
como protege la gallina a sus pollitos.
21 ¡Bendito seas, Dios mío!
Cuando yo estuve en problemas
me mostraste tu gran amor.
22 Estaba yo tan confundido
que hasta llegué a pensar
que no querías ni verme.
Pero a gritos pedí tu ayuda,
y tú escuchaste mis ruegos.
23 Ustedes, los que aman a Dios,
¡demuéstrenle su amor!
Nuestro Dios protege
a los que merecen su confianza,
pero a los orgullosos
les da su merecido.
24 Todos ustedes,
los que confían en Dios,
¡anímense y sean valientes!
Explicación del Salmo 31
El Salmo 31 es un salmo de confianza y súplica en el que David expresa su angustia y, al mismo tiempo, su profunda confianza en Dios como su refugio. En este salmo, David clama a Dios en medio de la adversidad, pidiéndole que lo libre de sus enemigos y lo proteja. A lo largo del salmo, se puede sentir el contraste entre la angustia de David y su confianza inquebrantable en Dios. Este salmo es una poderosa declaración de fe en la fidelidad de Dios, quien es un refugio seguro para aquellos que confían en Él.
Información sobre el Salmo 31
El Salmo 31 es un salmo de David, compuesto en un tiempo de angustia y persecución. David utiliza este salmo para expresar su confianza en Dios y su seguridad de que, a pesar de las circunstancias difíciles, Dios es su roca y fortaleza. Este salmo ha sido una fuente de consuelo para muchas generaciones, ya que muestra la disposición de Dios para escuchar y responder a los que confían en Él. Jesús mismo citó este salmo en la cruz, diciendo: «En tus manos encomiendo mi espíritu» (Lucas 23:46), lo que resalta su importancia y relevancia.
Contexto Histórico
El contexto histórico del Salmo 31 no está claramente especificado, pero se cree que fue escrito durante un período en el que David enfrentaba persecución, probablemente durante su huida de Saúl o en otras circunstancias de gran peligro. David estaba familiarizado con el sufrimiento y la angustia, y este salmo refleja su experiencia personal de confiar en Dios en medio de la adversidad. La oración ferviente y la súplica sincera de David nos muestran cómo él dependía completamente de Dios en tiempos de crisis.
Estilo Literario
El Salmo 31 es un salmo de súplica y confianza, utilizando un lenguaje poético y emotivo para expresar tanto la angustia como la esperanza de David. El salmo está lleno de imágenes vívidas, como la roca, la fortaleza, y el lazo del cazador, que transmiten la intensidad de la situación de David y su fe en la protección de Dios. La estructura del salmo alterna entre la súplica desesperada y la afirmación de confianza en Dios, lo que refleja la lucha interna de David entre el miedo y la fe.
Relevancia Teológica
Teológicamente, el Salmo 31 subraya la soberanía y fidelidad de Dios como refugio en tiempos de angustia. Este salmo enseña que Dios es digno de confianza, incluso en las circunstancias más difíciles. La cita de Jesús en la cruz de este salmo resalta su relevancia en la vida cristiana, mostrando cómo el sufrimiento humano puede ser llevado a Dios con la confianza de que Él es fiel y poderoso para salvar. Además, el salmo nos recuerda que la seguridad y la protección definitiva solo se encuentran en Dios, quien es nuestra roca y fortaleza.
Quién lo escribió
El Salmo 31 fue escrito por el rey David, conocido por su profunda relación con Dios y su habilidad para expresar sus emociones a través de la poesía. David enfrentó muchas pruebas y desafíos a lo largo de su vida, y este salmo refleja su experiencia personal de encontrar refugio en Dios en medio de la persecución y el peligro. Como hombre de guerra y líder de Israel, David sabía lo que era enfrentarse a la muerte y al sufrimiento, y nos deja en este salmo un ejemplo de cómo confiar en Dios en medio de cualquier adversidad.
Aplicación del Salmo 31
El Salmo 31 es un recordatorio poderoso de que, en tiempos de angustia y peligro, podemos confiar completamente en Dios. Nos invita a depositar nuestras preocupaciones y temores en las manos de Dios, sabiendo que Él es nuestra roca y fortaleza. Este salmo también nos anima a orar con sinceridad, expresando nuestras emociones y necesidades a Dios, con la confianza de que Él escucha y responde. La cita de este salmo por Jesús en la cruz nos muestra que, incluso en los momentos más oscuros, podemos encomendar nuestras vidas a Dios, confiando en su poder para salvar y proteger.
Enseñanzas principales del Salmo 31
Confianza en Dios como refugio: El salmo nos enseña que Dios es un refugio seguro en tiempos de angustia y peligro, y que podemos confiar plenamente en su protección.
Súplica en la adversidad: David muestra cómo podemos clamar a Dios en medio de nuestras dificultades, expresando nuestras emociones y necesidades con sinceridad.
Fidelidad de Dios: El salmo subraya la fidelidad de Dios para con aquellos que confían en Él, mostrando que Él es digno de nuestra fe y confianza.
Entrega total a Dios: La cita de Jesús de este salmo en la cruz nos enseña la importancia de encomendar nuestras vidas a Dios, confiando en su soberanía y poder para salvarnos.
Esperanza en medio del sufrimiento: El salmo nos recuerda que, aunque enfrentemos tiempos difíciles, podemos tener esperanza en la fidelidad y el amor de Dios, quien finalmente transformará nuestra tristeza en alegría.
En resumen, el Salmo 31 es una declaración profunda de confianza en Dios, que nos enseña a buscar refugio en Él en tiempos de angustia y a encomendar nuestras vidas a su cuidado fiel y amoroso.