¿Qué dice el Salmo 48?
SALMO 48 RV1960
Hermosura y gloria de Sion
Cántico. Salmo de los hijos de Coré.
1 Grande es Jehová, y digno de ser en gran manera alabado
En la ciudad de nuestro Dios, en su monte santo.
2 Hermosa provincia, el gozo de toda la tierra,
Es el monte de Sion, a los lados del norte,
La ciudad del gran Rey.
3 En sus palacios Dios es conocido por refugio.
4 Porque he aquí los reyes de la tierra se reunieron;
Pasaron todos.
5 Y viéndola ellos así, se maravillaron,
Se turbaron, se apresuraron a huir.
6 Les tomó allí temblor;
Dolor como de mujer que da a luz.
7 Con viento solano
Quiebras tú las naves de Tarsis.
8 Como lo oímos, así lo hemos visto
En la ciudad de Jehová de los ejércitos, en la ciudad de nuestro Dios;
La afirmará Dios para siempre. Selah
9 Nos acordamos de tu misericordia, oh Dios,
En medio de tu templo.
10 Conforme a tu nombre, oh Dios,
Así es tu loor hasta los fines de la tierra;
De justicia está llena tu diestra.
11 Se alegrará el monte de Sion;
Se gozarán las hijas de Judá
Por tus juicios.
12 Andad alrededor de Sion, y rodeadla;
Contad sus torres.
13 Considerad atentamente su antemuro,
Mirad sus palacios;
Para que lo contéis a la generación venidera.
14 Porque este Dios es Dios nuestro eternamente y para siempre;
Él nos guiará aun más allá de la muerte.
Reina-Valera 1960 ® © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960.
SALMO 48 NVI
Canción. Salmo de los hijos de Coré.
1 Grande es el Señor y digno de suprema alabanza;
en la ciudad de nuestro Dios
está su monte santo.
2 Hermosa colina,
es el gozo de toda la tierra.
El monte Sión, en el extremo norte,
es la ciudad del gran Rey.
3 En las fortificaciones de Sión
Dios se ha dado a conocer como refugio seguro.
4 Hubo reyes que unieron sus fuerzas
y que juntos avanzaron contra la ciudad;
5 pero al verla quedaron pasmados
y asustados se dieron a la fuga.
6 Allí el miedo se apoderó de ellos
y un dolor de parturienta les sobrevino.
7 ¡Con un viento del este
destruiste las naves de Tarsis!
8 Tal como lo habíamos oído,
ahora lo hemos visto
en la ciudad del Señor de los Ejércitos,
en la ciudad de nuestro Dios:
¡Él la hará permanecer para siempre! Selah
9 Dentro de tu Templo, oh Dios,
meditamos en tu gran amor.
10 Tu alabanza, oh Dios, igual que tu nombre,
llega a los confines de la tierra;
tu derecha está llena de justicia.
11 El monte Sión se alegra,
las aldeas de Judá se regocijan
por causa de tus juicios.
12 Caminen alrededor de Sión,
den una vuelta por ella
y cuenten sus torres.
13 Observen bien sus murallas
y examinen sus fortificaciones,
para que se lo cuenten a las generaciones futuras.
14 ¡Este Dios es nuestro Dios eterno!
¡Él nos guiará para siempre![a]
Footnotes
- 48:14 para siempre (LXX); sobre muerte (TM).
Santa Biblia, NUEVA VERSIÓN INTERNACIONAL® NVI® © 1999, 2015, 2022 por Biblica, Inc.®, Inc.®
SALMO 48 NTV
Un cántico. Salmo de los descendientes de Coré.
1 ¡Qué grande es el Señor,
cuán digno de alabanza
en la ciudad de nuestro Dios,
situada sobre su monte santo!
2 Es alto y magnífico;
¡toda la tierra se alegra al verlo!
¡El monte Sion, el monte santo,[a]
es la ciudad del gran Rey!
3 Dios mismo está en las torres de Jerusalén
dándose a conocer como su defensor.
4 Los reyes de la tierra unieron sus fuerzas
y avanzaron contra la ciudad.
5 Pero al verla, se quedaron pasmados;
se llenaron de miedo y huyeron.
6 El terror se apoderó de ellos
y se retorcieron de dolor como una mujer en parto.
7 Los destruiste como a los poderosos barcos de Tarsis
que fueron despedazados por un potente viento del oriente.
8 Habíamos oído de la gloria de la ciudad,
pero ahora la hemos visto en persona,
la ciudad del Señor de los Ejércitos Celestiales.
Es la ciudad de nuestro Dios;
él hará que sea segura para siempre. Interludio
9 Oh Dios, meditamos en tu amor inagotable
mientras adoramos en tu templo.
10 Como lo merece tu nombre, oh Dios,
serás alabado hasta los extremos de la tierra;
tu fuerte mano derecha está llena de victoria.
11 Que se goce la gente del monte Sion;
que se alegren todas las ciudades de Judá
a causa de tu justicia.
12 Vayan a inspeccionar la ciudad de Jerusalén;[b]
anden por ella y cuenten sus muchas torres.
13 Fíjense en las murallas fortificadas
y recorran todas sus ciudadelas,
para que puedan describirlas
a las generaciones futuras.
14 Pues así es Dios.
Él es nuestro Dios por siempre y para siempre,
y nos guiará hasta el día de nuestra muerte.
La Santa Biblia, Nueva Traducción Viviente, © Tyndale House Foundation, 2010.
SALMO 48 TLA
La ciudad de Dios
SALMO 48 (47)
Himno compuesto por la familia de Coré.
1-2 Poderoso es nuestro Dios
y merece nuestra alabanza.
En el templo del monte Sión
habita nuestro Dios y Rey.
¡Allí la tierra se alegra!
¡Allí la tierra lo adora!
3 Dios protege nuestra ciudad;
por él vivimos confiados.
4 Algunos reyes se unieron
para atacar la ciudad,
5 pero cuando la vieron
ya no supieron qué hacer;
se asustaron por completo
y se echaron a correr.
6 Tú los llenaste de miedo.
Como heridos de muerte,
se retorcían de dolor.
7 Tú los llenaste de miedo,
parecían marineros
en violenta tempestad.
8 Eso ya lo sabíamos;
en la ciudad de nuestro Dios
lo hemos confirmado:
el Dios del universo,
hará que esta ciudad
permanezca para siempre.
9 Dios mío, Dios mío,
en tu templo nos ponemos a pensar
en la grandeza de tu amor.
10 Tu fama llega
hasta el fin del mundo;
por todas partes
se habla bien de ti.
¡Tú gobiernas con justicia!
11 En el monte Sión,
y entre los pueblos de Judá
tus justas decisiones
son motivo de alegría.
12 ¡Vengan a Jerusalén!
¡Den un paseo por ella
y vean cuántas torres tiene!
13 ¡Fíjense en sus murallas,
y revisen sus fortalezas!
Así podrán contárselo
a los que todavía no han nacido.
14 ¡Éste es nuestro Dios!
¡Nuestro Dios es un Dios eterno
que siempre guiará nuestra vida!
Copyright © 2000 by United Bible Societies
Explicación del Salmo 48
El Salmo 48 ofrece un himno de alabanza dirigido a Dios, exaltando su grandeza y destacando la importancia de Jerusalén como símbolo de su presencia en la tierra. A lo largo de este cántico, se enfatiza la gloria de Sion, describiéndola como la ciudad del Gran Rey, y subrayando que su fortaleza proviene directamente de la protección divina. No es simplemente una ciudad; es el lugar donde Dios ha elegido manifestar su poder y soberanía.
Información sobre el Salmo 48
Este salmo es parte de los salmos atribuidos a los hijos de Coré, conocidos por su papel en la adoración y música en el templo. El Salmo 48 celebra a Jerusalén, no solo como una ciudad física, sino como un símbolo de la estabilidad y seguridad que provienen de la presencia de Dios. Además, se utiliza en diversas tradiciones religiosas como un himno de celebración que refuerza la idea de que Dios está activamente protegiendo a su pueblo.
Contexto Histórico
Históricamente, el Salmo 48 puede haber sido compuesto en un tiempo de gran celebración, probablemente después de una liberación milagrosa de Jerusalén, como la protección contra el asedio de Senaquerib. Este contexto de protección divina ayuda a entender por qué los autores del salmo enfatizan tanto la seguridad y la fortaleza de la ciudad. Sion no era solo un lugar geográfico, sino un símbolo del compromiso de Dios con su pueblo.
Estilo Literario
En cuanto a su estilo literario, el Salmo 48 es un ejemplo notable de poesía hebrea, utilizando imágenes ricas y vivas para describir a Jerusalén. El lenguaje poético aquí es exaltado, utilizando el paralelismo típico de los salmos para reforzar la alabanza a Dios. Además, las descripciones de las reacciones de los enemigos ante la fortaleza de Sion añaden un contraste dramático que destaca aún más la protección divina sobre la ciudad.
Relevancia Teológica
Teológicamente, el Salmo 48 subraya la soberanía de Dios y su relación especial con Jerusalén. Al describir a Sion como la «ciudad del Gran Rey», se reafirma la creencia de que Dios es el protector de su pueblo y que su presencia en Jerusalén garantiza su seguridad. Para los creyentes, este salmo refuerza la confianza en la providencia divina y en la certeza de que Dios está presente y activo en medio de su pueblo, lo que sigue siendo relevante tanto en el judaísmo como en el cristianismo.
Quién lo escribió
El Salmo 48 es atribuido a los hijos de Coré, levitas que tenían un rol crucial en la música del templo. Estos descendientes de Coré, quien originalmente se rebeló contra Moisés, fueron restaurados a una posición de honor y servicio en la adoración del templo. La música y la alabanza eran aspectos centrales de su ministerio, y sus salmos a menudo reflejan un profundo sentido de adoración y reverencia hacia Dios.
Aplicación del Salmo 48
Aplicar el Salmo 48 a la vida cotidiana implica reconocer la soberanía y protección de Dios en nuestras vidas. Así como Jerusalén fue defendida por la presencia divina, los creyentes pueden confiar en que Dios es su refugio y fortaleza en tiempos de necesidad. Este salmo invita a la comunidad a reunirse en adoración, reconociendo que Dios es quien sostiene y protege, no solo a nivel individual, sino también como comunidad de fe. Es un recordatorio de que la verdadera seguridad viene de Dios y que nuestra respuesta debe ser la alabanza constante.
Enseñanzas principales del Salmo 48
La grandeza de Dios manifestada en Jerusalén: El salmo destaca que la ciudad es un reflejo de la gloria y el poder de Dios, lo que la convierte en un símbolo de su soberanía.
Dios como defensor de su pueblo: Una enseñanza clave es que la seguridad de Jerusalén proviene directamente de Dios, quien protege y guarda a su pueblo frente a cualquier amenaza.
Alabanza como respuesta a la protección divina: El salmo nos llama a reconocer la grandeza de Dios y responder con alabanza por su protección y cuidado constantes.
Jerusalén como símbolo de la presencia de Dios: El salmo reafirma la idea de que Sion es más que una ciudad; es el lugar elegido por Dios para manifestar su presencia de manera especial.
Confianza en la providencia divina: Este salmo nos enseña a confiar en que Dios es el guardián de su pueblo, ofreciendo no solo protección física, sino también una seguridad espiritual y emocional.
En conclusión, el Salmo 48 nos invita a reconocer y celebrar la soberanía de Dios sobre Jerusalén, simbolizando su protección y cuidado constante sobre su pueblo. Al recordar la grandeza de Dios y su presencia en nuestras vidas, somos llamados a una alabanza que reconoce su poder y su provisión constante.