¿Qué dice el Salmo 9?
SALMO 9 RV1960
Acción de gracias por la justicia de Dios
Al músico principal; sobre Mut-labén. Salmo de David.
- Te alabaré, oh Jehová, con todo mi corazón;
Contaré todas tus maravillas. - Me alegraré y me regocijaré en ti;
Cantaré a tu nombre, oh Altísimo. - Mis enemigos volvieron atrás;
Cayeron y perecieron delante de ti. - Porque has mantenido mi derecho y mi causa;
Te has sentado en el trono juzgando con justicia. - Reprendiste a las naciones, destruiste al malo,
Borraste el nombre de ellos eternamente y para siempre. - Los enemigos han perecido; han quedado desolados para siempre;
Y las ciudades que derribaste,
Su memoria pereció con ellas. - Pero Jehová permanecerá para siempre;
Ha dispuesto su trono para juicio. - Él juzgará al mundo con justicia,
Y a los pueblos con rectitud. - Jehová será refugio del pobre,
Refugio para el tiempo de angustia. - En ti confiarán los que conocen tu nombre,
Por cuanto tú, oh Jehová, no desamparaste a los que te buscaron. - Cantad a Jehová, que habita en Sion;
Publicad entre los pueblos sus obras. - Porque el que demanda la sangre se acordó de ellos;
No se olvidó del clamor de los afligidos. - Ten misericordia de mí, Jehová;
Mira mi aflicción que padezco a causa de los que me aborrecen,
Tú que me levantas de las puertas de la muerte, - Para que cuente yo todas tus alabanzas
En las puertas de la hija de Sion,
Y me goce en tu salvación. - Se hundieron las naciones en el hoyo que hicieron;
En la red que escondieron fue tomado su pie. - Jehová se ha hecho conocer en el juicio que ejecutó;
En la obra de sus manos fue enlazado el malo. Higaion. Selah - Los malos serán trasladados al Seol,
Todas las gentes que se olvidan de Dios. - Porque no para siempre será olvidado el menesteroso,
Ni la esperanza de los pobres perecerá perpetuamente. - Levántate, oh Jehová; no se fortalezca el hombre;
Sean juzgadas las naciones delante de ti. - Pon, oh Jehová, temor en ellos;
Conozcan las naciones que no son sino hombres. Selah
SALMO 9 NVI
Al director musical. Sígase la tonada de «La muerte del hijo». Salmo de David.
Álef
1Quiero alabarte, Señor, con todo el corazón,
y contar todas tus maravillas.
2 Quiero alegrarme y regocijarme en ti
y cantar salmos a tu nombre, oh Altísimo.
Bet
3 Mis enemigos retroceden;
tropiezan y perecen ante ti.
4 Porque tú me has hecho justicia, me has vindicado;
tú, Juez justo, ocupas tu trono.
Guímel
5 Reprendiste a los paganos, destruiste a los malvados;
para siempre borraste su memoria.
6 Ruina sin fin cayó sobre el enemigo;
arrancaste de raíz sus ciudades
y hasta su recuerdo se ha desvanecido.
He
7 Pero el Señor reina por siempre;
para emitir juicio ha establecido su trono.
8 Juzgará al mundo con justicia;
gobernará a los pueblos con equidad.
Vav
9 El Señor es refugio de los oprimidos;
es su baluarte en momentos de angustia.
10 En ti confían los que conocen tu nombre,
porque tú, Señor, jamás abandonas a los que te buscan.
Zayin
11 Canten salmos al Señor, que reina en Sión;
proclamen sus proezas entre las naciones.
12 El vengador de los inocentes[a] se acuerda de ellos;
no pasa por alto el clamor de los afligidos.
Jet
13 Ten piedad de mí, Señor;
mira cómo me afligen los que me odian.
Sácame de las puertas de la muerte,
14 para que en las puertas de la hija de Sión[b]
proclame tus alabanzas y me regocije en tu salvación.
Tet
15 Han caído las naciones
en la fosa que han cavado;
sus pies quedaron atrapados
en la red que ellos mismos escondieron.
16 Al Señor se le conoce porque imparte justicia;
el malvado cae en la trampa que él mismo tendió. Higaión[c] Selah
Yod
17 Los malvados bajan a los dominios de la muerte,[d]
bajan todas la naciones que de Dios se olvidan.
Caf
18 Pero el necesitado no será olvidado para siempre
ni para siempre se perderá la esperanza del pobre.
19 ¡Levántate, Señor!
No dejes que el hombre prevalezca;
¡haz que las naciones comparezcan ante ti!
20 ¡Infúndeles terror, Señor!
¡Que las naciones sepan que son simples mortales! Selah
SALMO 9 NTV
Para el director del coro: salmo de David; cántese con la melodía de «Muerte del hijo».
1Te alabaré, Señor, con todo mi corazón;
contaré de las cosas maravillosas que has hecho.
2 Gracias a ti, estaré lleno de alegría;
cantaré alabanzas a tu nombre, oh Altísimo.
3 Mis enemigos retrocedieron,
tambalearon y murieron cuando apareciste.
4 Pues has juzgado a mi favor;
desde tu trono juzgaste con imparcialidad.
5 Reprendiste a las naciones y destruiste a los malvados;
borraste sus nombres para siempre.
6 El enemigo está acabado; quedó en ruinas eternas.
Las ciudades que arrancaste de raíz ya pasaron al olvido.
7 Pero el Señor reina para siempre;
desde su trono lleva a cabo el juicio.
8 Juzgará al mundo con justicia
y gobernará a las naciones con imparcialidad.
9 El Señor es un refugio para los oprimidos,
un lugar seguro en tiempos difíciles.
10 Los que conocen tu nombre confían en ti,
porque tú, oh Señor, no abandonas a los que te buscan.
11 Canten alabanzas al Señor, que reina en Jerusalén.[a]
Cuéntenle al mundo acerca de sus inolvidables hechos.
12 Pues el vengador de los que son asesinados cuida de los indefensos;
no pasa por alto el clamor de los que sufren.
13 Señor, ten misericordia de mí.
Mira cómo me atormentan mis enemigos;
arrebátame de las garras de la muerte.
14 Sálvame, para que te alabe públicamente en las puertas de Jerusalén,
para que me alegre porque me has rescatado.
15 Las naciones han caído en el hoyo que cavaron para otros;
sus propios pies quedaron atrapados en la trampa que tendieron.
16 Al Señor lo conocen por su justicia;
los malvados son presos de sus propias acciones. Interludio de silencio[b]
17 Los malvados descenderán a la tumba;[c]
este es el destino de las naciones que se olvidan de Dios.
18 Pero aquellos que pasen necesidad no quedarán olvidados para siempre;
las esperanzas del pobre no siempre serán aplastadas.
19 ¡Levántate, oh Señor!
¡No permitas que simples mortales te desafíen!
¡Juzga a las naciones!
20 Haz que tiemblen de miedo, oh Señor;
que las naciones sepan que no son más que seres humanos. Interludio
SALMO 9 TLA
La justicia de Dios
SALMO 9 (9a)
Himno de David. Instrucciones para el director del coro: Este himno deberá cantarse acompañado de flautas y arpas.
1-2 Dios mío, Dios altísimo,
yo quiero alabarte de todo corazón.
Quiero expresarte mi alegría;
¡quiero cantarte himnos
y hablar de tus maravillas!
3-4 Tú eres un juez justo:
juzgaste mi caso
y me declaraste inocente.
Por ti mis enemigos huyen,
tropiezan y son destruidos.
5 Reprendiste a los pueblos
que no te adoran;
destruiste a esos malvados,
¡y nadie volvió a recordarlos!
6 Para siempre cayó la desgracia
sobre nuestros enemigos;
dejaste sin gente sus ciudades,
y ya nadie se acuerda de ellos.
7 Dios mío, tú reinas para siempre,
estás sentado en tu trono,
y vas a dictar la sentencia.
8 Juzgarás a los pueblos del mundo
con justicia y sin preferencias.
9-10 Tú, Dios mío,
proteges a los que son maltratados
y los libras de la angustia.
Los que te conocen
confían en ti,
pues nunca los abandonas
cuando te buscan.
11 ¡Canten himnos a Dios,
que es el rey de Jerusalén!
¡Den a conocer entre los pueblos
todo lo que ha hecho!
12 Dios sabe que ustedes han sufrido,
y les hará justicia;
Dios siempre atiende a los pobres
cuando le piden ayuda.
13 Dios mío, ¡compadécete de mí!
¡Fíjate en los que me odian!
¡Mira cómo me afligen!
¡No dejes que me maten!
14 Tú me salvaste;
por eso estoy feliz.
Iré a donde todos me oigan,
y les diré a los que pasen
que también deben alabarte.
15 Los pueblos que no te conocen
han caído en su propia trampa;
han quedado atrapados
en la red que ellos tendieron.
16 Tú te has dado a conocer
como un juez siempre justo;
en cambio, los malvados
caen en su propia trampa.
17 ¡Que se mueran los malvados,
esas naciones que no te conocen
ni te toman en cuenta!
18 Pero tú, Dios mío,
nunca te olvides de los pobres
ni pongas fin a sus esperanzas.
19-20 ¡Vamos, mi Dios!
¡Llama a cuentas a las naciones!
¡Hazlos que sientan miedo!
¡No permitas que te desafíen!
¡Que sepan esos paganos
que no son más que polvo!
Explicación del Salmo 9
El Salmo 9 es un canto de alabanza y gratitud a Dios por su justicia y por sus obras maravillosas. David, el autor, celebra la manera en que Dios ha defendido su causa y ha actuado en contra de sus enemigos. El salmo resalta la justicia de Dios al castigar a los malvados y vindicar a los oprimidos. Además, es un recordatorio de que Dios no olvida a los que lo buscan, y que Él siempre está dispuesto a ofrecer refugio en tiempos de angustia.
Información sobre el Salmo 9
El Salmo 9 es un salmo de alabanza y acción de gracias compuesto por David. En este salmo, David no solo agradece a Dios por las victorias pasadas, sino que también expresa confianza en la protección y justicia divina para el futuro. Este salmo está dirigido a Dios como el Juez justo que reina sobre todas las naciones, recordando que Su juicio es imparcial y que siempre actúa a favor de los justos y oprimidos.
Contexto histórico
El contexto histórico del Salmo 9 sugiere que David lo escribió después de una victoria significativa sobre sus enemigos. Aunque no se especifica qué evento en particular inspiró este salmo, refleja una época en la que David experimentó la intervención directa de Dios en sus batallas. Este contexto de guerra y victoria resuena en el tono de alabanza y reconocimiento de la justicia divina que impregna el salmo.
Estilo literario
El Salmo 9 es un himno de alabanza y un lamento colectivo. Está estructurado en forma de acrílico parcial, donde las primeras letras de algunos versículos siguen el orden del alfabeto hebreo. El salmo combina elementos de celebración y súplica, pasando de la gratitud por las victorias pasadas a la confianza en la ayuda futura de Dios. El lenguaje es vívido y poderoso, con imágenes de juicio, refugio y protección, que enfatizan la soberanía de Dios sobre todas las naciones.
Relevancia teológica
Teológicamente, el Salmo 9 subraya la justicia de Dios y Su soberanía sobre la historia. Este salmo destaca que Dios es el defensor de los justos y el oprimido, y que Su juicio es ineludible para los malvados. También enseña que la alabanza y la gratitud son respuestas adecuadas a la intervención divina, mientras que la confianza en la justicia de Dios es esencial para los creyentes que enfrentan persecuciones y dificultades. El salmo también destaca la fidelidad de Dios para con aquellos que confían en Él y buscan Su rostro.
¿Quién lo escribió?
El Salmo 9 fue escrito por David, el segundo rey de Israel, conocido por su corazón conforme al de Dios y por su habilidad para componer salmos. David, un guerrero y líder, experimentó numerosas victorias y desafíos durante su vida, y muchos de sus salmos reflejan su profunda confianza en la justicia y la protección divina. Este salmo es una de sus muchas expresiones de alabanza por la intervención de Dios en su vida y en la vida de la nación de Israel.
Aplicación del Salmo 9
El Salmo 9 nos anima a recordar y celebrar las obras justas de Dios en nuestras vidas. Nos recuerda que, incluso en tiempos de dificultad, podemos confiar en que Dios no olvida a los que lo buscan y que Su justicia prevalecerá. Este salmo también nos llama a tener una actitud de gratitud continua, reconociendo que todas nuestras victorias y bendiciones provienen de la mano de Dios. En la vida cristiana, podemos usar este salmo como una oración de agradecimiento cuando vemos la mano de Dios obrando a nuestro favor, y como una fuente de confianza en momentos de injusticia o persecución.
Enseñanzas principales del Salmo 9
Dios como Juez Justo:
El salmo enfatiza que Dios es un juez imparcial que defiende la causa de los justos y castiga a los malvados.
La importancia de la alabanza:
David comienza el salmo con una expresión de alabanza a Dios, recordándonos que debemos agradecer y glorificar a Dios por Su intervención en nuestras vidas.
Confianza en la justicia divina:
El salmo enseña que, aunque la justicia divina puede parecer demorada, es segura y efectiva. Dios vindicará a los justos y pondrá fin a la maldad.
Dios como refugio:
Este salmo destaca que Dios es un refugio seguro para los oprimidos y los que están en angustia, ofreciéndoles protección y consuelo.
El recuerdo de las obras de Dios:
David menciona que las maravillas de Dios deben ser recordadas, lo que nos enseña a mantener viva la memoria de lo que Dios ha hecho por nosotros, para fortalecer nuestra fe.
Esperanza en medio de la adversidad:
El salmo nos anima a mantener la esperanza y la fe en Dios, incluso cuando enfrentamos desafíos, sabiendo que Él siempre está presente y actuando a nuestro favor.