¿Qué dice el Salmo 86?
SALMO 86 Reina-Valera 1960
Oración pidiendo la continuada misericordia de Dios
Oración de David.
1 Inclina, oh Jehová, tu oído, y escúchame,
Porque estoy afligido y menesteroso.
2 Guarda mi alma, porque soy piadoso;
Salva tú, oh Dios mío, a tu siervo que en ti confía.
3 Ten misericordia de mí, oh Jehová;
Porque a ti clamo todo el día.
4 Alegra el alma de tu siervo,
Porque a ti, oh Señor, levanto mi alma.
5 Porque tú, Señor, eres bueno y perdonador,
Y grande en misericordia para con todos los que te invocan.
6 Escucha, oh Jehová, mi oración,
Y está atento a la voz de mis ruegos.
7 En el día de mi angustia te llamaré,
Porque tú me respondes.
8 Oh Señor, ninguno hay como tú entre los dioses,
Ni obras que igualen tus obras.
9 Todas las naciones que hiciste vendrán y adorarán delante de ti, Señor,
Y glorificarán tu nombre.
10 Porque tú eres grande, y hacedor de maravillas;
Solo tú eres Dios.
11 Enséñame, oh Jehová, tu camino; caminaré yo en tu verdad;
Afirma mi corazón para que tema tu nombre.
12 Te alabaré, oh Jehová Dios mío, con todo mi corazón,
Y glorificaré tu nombre para siempre.
13 Porque tu misericordia es grande para conmigo,
Y has librado mi alma de las profundidades del Seol.
14 Oh Dios, los soberbios se levantaron contra mí,
Y conspiración de violentos ha buscado mi vida,
Y no te pusieron delante de sí.
15 Mas tú, Señor, Dios misericordioso y clemente,
Lento para la ira, y grande en misericordia y verdad,
16 Mírame, y ten misericordia de mí;
Da tu poder a tu siervo,
Y guarda al hijo de tu sierva.
17 Haz conmigo señal para bien,
Y véanla los que me aborrecen, y sean avergonzados;
Porque tú, Jehová, me ayudaste y me consolaste.
Reina-Valera 1960 ® © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960.
SALMO 86 Nueva Versión Internacional
Oración de David.
1 Atiéndeme, Señor; respóndeme,
pues pobre soy y estoy necesitado.
2 Protege mi vida, pues te soy fiel.
Tú eres mi Dios y en ti confío;
¡salva a tu siervo!
3 Ten piedad de mí, Señor,
porque a ti clamo todo el día.
4 Reconforta el ánimo de tu siervo,
porque a ti, Señor, elevo mi alma.
5 Tú, Señor, eres bueno y perdonador;
tu gran amor se derrama sobre todos los que te invocan.
6 Escucha, Señor, a mi oración;
atiende a mi voz de súplica.
7 En el día de mi angustia te invoco,
porque tú me respondes.
8 No hay, Señor, entre los dioses otro como tú
ni hay obras semejantes a las tuyas.
9 Todas las naciones que has hecho
vendrán, Señor, y ante ti se postrarán
y glorificarán tu nombre.
10 Porque tú eres grande y haces maravillas;
¡solo tú eres Dios!
11 Instrúyeme, Señor, en tu camino
para conducirme con fidelidad.
Dame integridad de corazón
para temer tu nombre.
12 Señor mi Dios, con todo el corazón te alabaré
y por siempre glorificaré tu nombre.
13 Porque grande es tu amor por mí:
me has rescatado de los dominios de la muerte.[a]
14 Los insolentes me atacan, oh Dios;
una banda de gente violenta procura matarme.
¡Son gente que no te toma en cuenta!
15 Pero tú, Señor, eres Dios compasivo y misericordioso,
lento para la ira y grande en amor y fidelidad.
16 Vuélvete hacia mí y tenme piedad;
concédele tu fuerza a este siervo tuyo.
¡Salva al hijo de tu sierva!
17 Dame una muestra de tu amor,
para que mis enemigos la vean y se avergüencen,
porque tú, Señor, me has brindado ayuda y consuelo.
Santa Biblia, NUEVA VERSIÓN INTERNACIONAL® NVI® © 1999, 2015, 2022 por Biblica, Inc.®, Inc.®
SALMO 86 Nueva Traducción Viviente
Oración de David.
1 Inclínate, oh Señor, y escucha mi oración;
contéstame, porque necesito tu ayuda.
2 Protégeme, pues estoy dedicado a ti.
Sálvame, porque te sirvo y confío en ti;
tú eres mi Dios.
3 Ten misericordia de mí, oh Señor,
porque a ti clamo constantemente.
4 Dame felicidad, oh Señor,
pues a ti me entrego.
5 ¡Oh Señor, eres tan bueno; estás tan dispuesto a perdonar,
tan lleno de amor inagotable para los que piden tu ayuda!
6 Escucha atentamente mi oración, oh Señor;
oye mi urgente clamor.
7 A ti clamaré cada vez que esté en apuros,
y tú me responderás.
8 Ningún dios pagano es como tú, oh Señor;
¡nadie puede hacer lo que tú haces!
9 Todas las naciones que hiciste
vendrán y se inclinarán ante ti, Señor;
alabarán tu santo nombre.
10 Pues tú eres grande y haces obras maravillosas;
solo tú eres Dios.
11 Enséñame tus caminos, oh Señor,
para que viva de acuerdo con tu verdad.
Concédeme pureza de corazón,
para que te honre.
12 Con todo el corazón te alabaré, oh Señor mi Dios.
Daré gloria a tu nombre para siempre,
13 porque muy grande es tu amor por mí.
Me has rescatado de las profundidades de la muerte.[a]
14 Oh Dios, gente insolente se levanta en mi contra;
una pandilla violenta trata de matarme.
No significas nada para ellos.
15 Pero tú, oh Señor,
eres Dios de compasión y misericordia,
lento para enojarte
y lleno de amor inagotable y fidelidad.
16 Mírame y ten misericordia de mí.
Dale tu fuerza a tu siervo;
salva a este hijo de tu sierva.
17 Envíame una señal de tu favor.
Entonces, los que me odian pasarán vergüenza,
porque tú, oh Señor, me ayudas y me consuelas.
Footnotes
- 86:13 En hebreo del Seol.
La Santa Biblia, Nueva Traducción Viviente, © Tyndale House Foundation, 2010.
SALMO 86 Traducción en lenguaje actual
Tú eres mi Dios
SALMO 86 (85)
Oración de David.
1 Dios mío,
yo soy muy pobre y humilde,
pero te ruego que me atiendas.
¡Respóndeme!
2 Sálvame la vida,
pues te he sido fiel.
Tú eres mi Dios;
sálvame, pues tuyo soy
y en ti he puesto mi confianza.
3 Dios mío,
ten compasión de mí,
pues a todas horas te llamo.
4 Yo estoy a tu servicio;
alégrame la vida,
pues a ti dirijo mis ruegos.
5 Dios mío,
tú eres bueno y sabes perdonar;
¡qué grande es tu amor
por los que te buscan!
6 Dios mío,
¡atiende mi oración,
presta atención a mis ruegos!
7 Cuando estoy angustiado,
te llamo y tú me respondes.
8 Dios mío,
no hay entre todos los dioses
un Dios como tú,
que haga lo que tú haces.
9 Todas las naciones que tú hiciste
vendrán a adorarte y alabarte.
10 ¡Sólo tú eres imponente!
¡Sólo tú haces grandes maravillas!
11 Dios mío,
yo quiero hacer siempre
lo que tú ordenes;
¡enséñame a hacerlo!
Pon en mí este único deseo:
¡adorarte sólo a ti!
12 Mi Señor y Dios,
yo quiero alabarte siempre
con todo el corazón.
13 Tanto me amas
que no me dejas morir.
14 Dios mío,
una banda de asesinos
que presume de su maldad
me ataca y quiere matarme.
No quieren nada contigo.
15 Pero tú, mi Dios,
eres bondadoso y compasivo;
no te enojas fácilmente,
y tu amor es siempre el mismo.
16 Dirige a mí tu mirada
y tenme compasión.
Soy tu servidor más humilde,
¡concédeme tu fuerza
y ven a salvarme!
17 Haz que mi vida refleje
lo bueno que eres tú.
Quedarán en ridículo mis enemigos
cuando vean que tú
me das ayuda y consuelo.
Copyright © 2000 by United Bible Societies
Explicación del Salmo 86
El Salmo 86 es una oración individual de David, cargada de súplica y confianza en Dios. En él, el salmista clama por la misericordia divina en tiempos de angustia. David reconoce la grandeza de Dios, Su bondad y Su disposición para escuchar a quienes confían en Él. El salmo también resalta el deseo del salmista de vivir en fidelidad y obediencia a Dios, con una profunda dependencia en la gracia y protección divinas.
Información sobre el Salmo 86
Este salmo está caracterizado por la humildad y la dependencia de David hacia Dios. Es una súplica personal que resalta el carácter misericordioso y compasivo de Dios, y la certeza de que Él escucha a Sus hijos en momentos de necesidad. El salmo refleja la confianza de David en que Dios responderá a su clamor, no solo porque es todopoderoso, sino porque es bueno y misericordioso.
Contexto histórico
El contexto histórico del Salmo 86 no es completamente claro, pero se sabe que fue escrito por David, posiblemente durante un período de persecución o angustia personal. David enfrentó muchas pruebas a lo largo de su vida, incluyendo la huida de sus enemigos, lo que lo llevó a refugiarse en Dios una y otra vez. El salmo refleja la realidad de la vida de David, donde la búsqueda de refugio y la entrega a la voluntad de Dios eran constantes.
Estilo literario
El Salmo 86 es un salmo de súplica, expresado en una oración llena de humildad y fervor. El estilo poético se evidencia en la repetición de peticiones y en el uso de paralelismos, lo cual intensifica el sentido de dependencia del salmista hacia Dios. El lenguaje utilizado es profundamente personal y devocional, reflejando una relación íntima entre el salmista y su Creador. A lo largo del salmo, David entrelaza elementos de alabanza y súplica.
Relevancia teológica
Teológicamente, este salmo nos muestra la naturaleza compasiva y misericordiosa de Dios. La fe de David en la bondad de Dios, incluso en medio de la adversidad, nos enseña sobre la importancia de confiar en la soberanía y fidelidad de Dios en todo momento. También nos recuerda que Dios no solo escucha nuestras oraciones, sino que se preocupa por nuestras necesidades. El salmo destaca la importancia de la humildad, la oración ferviente y la alabanza en la vida del creyente.
¿Quién lo escribió?
El Salmo 86 fue escrito por el rey David, conocido por su profundo amor por Dios y su disposición a buscar Su ayuda en tiempos de dificultad. Como rey, David enfrentó numerosos desafíos tanto personales como nacionales, lo que lo llevó a depender completamente de la guía y protección de Dios. Este salmo refleja esa dependencia y confianza en la misericordia y el poder divinos.
Aplicación del Salmo 86
El Salmo 86 tiene aplicaciones prácticas para la vida de los creyentes hoy en día. Es un recordatorio de que, en medio de nuestras pruebas y dificultades, podemos acudir a Dios con confianza, sabiendo que Él nos escucha. Nos enseña la importancia de la oración como un acto de humildad y dependencia. Además, destaca la necesidad de alabar a Dios incluso cuando estamos en medio de la angustia, reconociendo Su bondad y misericordia.
Enseñanzas principales del Salmo 86
Dios escucha nuestras súplicas : El salmo subraya la disposición de Dios para escuchar a aquellos que lo buscan con corazón sincero y en humildad.
La misericordia de Dios es abundante : A lo largo del salmo, David enfatiza la misericordia de Dios, recordándonos que Él es compasivo y lento para la ira.
Confianza en la soberanía de Dios : A pesar de las dificultades, David muestra una confianza inquebrantable en la soberanía de Dios y en Su capacidad para salvar.
La oración ferviente es esencial : El salmo nos enseña que debemos orar con fervor y fe, confiando en que Dios responderá a nuestras necesidades.
Alabanza en medio de la adversidad : David no solo pide ayuda, sino que también alaba a Dios por Su grandeza y bondad, mostrando que, aun en la adversidad, debemos alabar al Señor.
Humildad en la relación con Dios : La oración de David refleja una actitud de humildad, reconociendo que solo en Dios puede encontrar ayuda y salvación.
El carácter de Dios es digno de confianza : El salmo subraya los atributos de Dios: Su bondad, misericordia y fidelidad, como base de la confianza de David.
En resumen, el Salmo 86 es una lección de fe, humildad y dependencia total en Dios. David nos enseña que, en tiempos de angustia, debemos acudir a Dios con confianza, sabiendo que Él es misericordioso y escucha a quienes lo buscan con sinceridad.