¿Qué dice el Salmo 41?
SALMO 41 RV1960
Oración pidiendo salud
Al músico principal. Salmo de David.
1 Bienaventurado el que piensa en el pobre;
En el día malo lo librará Jehová.
2 Jehová lo guardará, y le dará vida;
Será bienaventurado en la tierra,
Y no lo entregarás a la voluntad de sus enemigos.
3 Jehová lo sustentará sobre el lecho del dolor;
Mullirás toda su cama en su enfermedad.
4 Yo dije: Jehová, ten misericordia de mí;
Sana mi alma, porque contra ti he pecado.
5 Mis enemigos dicen mal de mí, preguntando:
¿Cuándo morirá, y perecerá su nombre?
6 Y si vienen a verme, hablan mentira;
Su corazón recoge para sí iniquidad,
Y al salir fuera la divulgan.
7 Reunidos murmuran contra mí todos los que me aborrecen;
Contra mí piensan mal, diciendo de mí:
8 Cosa pestilencial se ha apoderado de él;
Y el que cayó en cama no volverá a levantarse.
9 Aun el hombre de mi paz, en quien yo confiaba, el que de mi pan comía,
Alzó contra mí el calcañar.
10 Mas tú, Jehová, ten misericordia de mí, y hazme levantar,
Y les daré el pago.
11 En esto conoceré que te he agradado,
Que mi enemigo no se huelgue de mí.
12 En cuanto a mí, en mi integridad me has sustentado,
Y me has hecho estar delante de ti para siempre.
13 Bendito sea Jehová, el Dios de Israel,
Por los siglos de los siglos.
Amén y Amén.
SALMO 41 NVI
Al director musical. Salmo de David.
1 Dichoso el que piensa en el débil;
el Señor lo librará en el día de la desgracia.
2 El Señor lo protegerá y lo mantendrá con vida;
lo hará dichoso en la tierra
y no lo entregará al capricho de sus enemigos.
3 El Señor lo sostendrá en el lecho del dolor;
cuando caiga enfermo lo restaurará.
4 Yo he dicho:
«Señor, ten piedad de mí;
sáname, pues contra ti he pecado».
5 Mis enemigos hablan males contra mí:
«¿Cuándo morirá?
¿Cuándo su nombre pasará al olvido?».
6 Si alguno viene a verme, me dice mentiras;
su corazón acumula maldad
y luego al salir lo cuenta.
7 Todos mis enemigos se juntan y murmuran contra mí;
me hacen responsable de mi mal. Dicen:
8 «Le ha afligido un mal devastador;
de esa cama no volverá a levantarse».
9 Hasta mi amigo cercano,
en quien yo confiaba
y que compartía el pan conmigo,
se ha vuelto contra mí.
10 Pero tú, Señor, ten piedad de mí;
haz que vuelva a levantarme para darles su merecido.
11 En esto conozco que te he agradado:
en que mi enemigo no triunfe sobre mí.
12 Por mi integridad me sostienes
y en tu presencia me mantendrás para siempre.
13 Bendito sea el Señor, el Dios de Israel,
por los siglos de los siglos.
Amén y amén.
SALMO 41 NTV
Para el director del coro: salmo de David.
1 ¡Qué alegría hay para los que tratan bien a los pobres!
El Señor los rescata cuando están en apuros.
2 El Señor los protege
y los mantiene con vida;
los prospera en la tierra
y los rescata de sus enemigos.
3 El Señor los atiende cuando están enfermos
y les devuelve la salud.
4 «Oh Señor, ten misericordia de mí—pedí en oración—,
sáname, porque contra ti he pecado».
5 Pero mis enemigos solo hablan mal de mí.
Preguntan: «¿Falta mucho para que se muera y pase al olvido?».
6 Me visitan como si fueran mis amigos,
pero, mientras tanto, juntan chismes
y, cuando se van, los divulgan a los cuatro vientos.
7 Los que me odian susurran cosas acerca de mí
y se imaginan lo peor.
8 «Tiene alguna enfermedad fatal—dicen—.
¡Jamás se levantará de la cama!».
9 Hasta mi mejor amigo, en quien tenía plena confianza,
quien compartía mi comida, se ha puesto en mi contra.
10 Señor, ten misericordia de mí.
¡Devuélveme la salud para que pueda darles su merecido!
11 Sé que soy de tu agrado,
porque no permitiste que mis enemigos triunfaran sobre mí.
12 Has preservado mi vida porque soy inocente;
me has traído a tu presencia y eso es para siempre.
13 Alaben al Señor, Dios de Israel,
quien vive desde la eternidad hasta la eternidad.
¡Amén y amén!
SALMO 41 TLA
Devuélveme la salud
SALMO 41 (40)
Himno de David.
1 Dios bendice
a los que cuidan de los pobres,
y los pondrá a salvo
cuando vengan las dificultades.
2 Los cuidará y les dará vida,
los hará vivir felices
en la tierra prometida
y no dejará que sus enemigos
les hagan ningún daño.
3 Cuando se enfermen,
Dios les dará fuerzas
y les devolverá la salud.
4 Yo le he pedido a Dios:
«Tenme compasión;
devuélveme la salud,
pues he pecado contra ti».
5 Mis enemigos desean mi mal,
y hasta dicen:
«¡Ya quisiéramos verlo muerto,
para que todos lo olviden!»
6 Cuando vienen a visitarme
sólo me traen chismes;
y cuando se van
salen hablando de mí.
7 Mis enemigos se juntan
con la idea de perjudicarme;
con las peores intenciones
hablan mal de mí:
8 «Está en cama,
y no volverá a levantarse.
¡Un demonio lo ha atacado!»
9 Hasta mi mejor amigo,
en quien yo más confiaba,
y con quien compartía mi pan,
se ha puesto en contra mía.
10 Pero tú, Dios mío,
compadécete de mí;
¡devuélveme la salud,
y les daré su merecido!
11 Yo estaré seguro
de haberte complacido
cuando mis enemigos se den cuenta
que he salido victorioso.
12 Tú siempre me sostendrás
y me mantendrás en tu presencia,
porque soy inocente.
13 ¡Bendito sea el Dios de Israel,
ayer, hoy y siempre!
¡Así sea!
Explicación del Salmo 41
El Salmo 41 es una oración de David que comienza con una bendición para aquellos que muestran compasión hacia los pobres y los necesitados, afirmando que Dios los protegerá y bendecirá en tiempos de dificultad. David reflexiona sobre su propia enfermedad y el rechazo de sus enemigos, quienes desean su muerte. A pesar de la traición y el abandono que experimenta, David expresa su confianza en la misericordia de Dios, quien lo levantará de su enfermedad. Termina con una declaración de alabanza a Dios, agradeciendo su fidelidad y protección.
Información sobre el Salmo 41
El Salmo 41 aborda temas de compasión, sufrimiento y confianza en Dios. Es un salmo que comienza con una bienaventuranza para aquellos que son misericordiosos, y luego pasa a describir la experiencia personal de David, quien se encuentra enfermo y rodeado de enemigos. A través de su oración, David reafirma que Dios es su único protector y salvador, incluso en medio de la traición y la enfermedad. Este salmo también es significativo por su conexión profética con la traición de Judas a Jesús, haciendo eco de las palabras de David sobre la traición de un amigo cercano.
Contexto Histórico
El contexto histórico del Salmo 41 es la experiencia personal de David, posiblemente durante un período de enfermedad y traición. Aunque los detalles específicos no están claros, es probable que este salmo haya sido escrito durante uno de los muchos momentos de adversidad que David enfrentó a lo largo de su vida. La referencia a un «amigo íntimo» que traiciona a David podría aludir a personajes como Ahitofel, quien se rebeló contra él. El salmo refleja la lucha de David no solo contra sus enemigos externos, sino también contra el dolor de la traición y el sufrimiento físico.
Estilo Literario
El Salmo 41 sigue el estilo poético de los salmos, utilizando paralelismos y repeticiones para enfatizar sus puntos clave. Comienza con una declaración general de bendición para los misericordiosos y luego se adentra en la experiencia personal de David, describiendo su enfermedad y la malicia de sus enemigos. El lenguaje es emocional, expresando tanto la desesperación de David como su confianza en la intervención de Dios. El salmo termina con una nota de alabanza, típica de los salmos de David, que muestra su inquebrantable fe en Dios.
Relevancia Teológica
Teológicamente, el Salmo 41 destaca la importancia de la misericordia y la compasión como valores que Dios bendice. Al mismo tiempo, aborda la realidad del sufrimiento y la traición, temas que son comunes en la experiencia humana. El salmo nos recuerda que, aunque enfrentemos dificultades y traiciones, podemos confiar en que Dios nos sostendrá y nos restaurará. Además, tiene una dimensión mesiánica, ya que las palabras de David sobre la traición de un amigo cercano son vistas en el Nuevo Testamento como una prefiguración de la traición de Judas a Jesús. Esto subraya la conexión entre la vida de David y la obra redentora de Cristo.
Quién lo escribió
El Salmo 41 fue escrito por David, un rey que experimentó tanto grandes triunfos como profundas adversidades. David es conocido por su capacidad para expresar sus emociones más profundas a través de los salmos, y en este caso, comparte su dolor por la traición y su enfermedad, al tiempo que reafirma su confianza en Dios. La vida de David, marcada por su relación cercana con Dios, sufre muchos desafíos que lo llevan a depender completamente de la gracia y la misericordia divinas, lo cual se refleja en este salmo.
Aplicación del Salmo 41
El Salmo 41 nos ofrece lecciones importantes sobre la misericordia, el sufrimiento y la confianza en Dios. Nos anima a ser compasivos con los necesitados, sabiendo que Dios bendice a quienes muestran misericordia. También nos enseña a mantener nuestra fe en Dios, incluso cuando enfrentamos enfermedades, traiciones o cualquier otra forma de adversidad. La experiencia de David nos recuerda que, aunque el dolor y la traición son parte de la vida, la fidelidad de Dios es un refugio seguro. Este salmo también nos invita a buscar consuelo en la promesa de la restauración divina, confiando en que Dios siempre tiene el control.
Enseñanzas principales del Salmo 41
La bendición de la misericordia: Dios promete bendiciones a aquellos que muestran compasión y misericordia hacia los demás, especialmente hacia los pobres y necesitados.
Confianza en Dios en medio del sufrimiento: A pesar de su enfermedad y la traición de amigos cercanos, David confía en que Dios lo levantará y lo restaurará.
La traición y el dolor personal: El salmo refleja el dolor profundo que causa la traición de alguien cercano, y cómo este sufrimiento puede ser llevado a Dios en oración.
La fidelidad de Dios: A lo largo de sus luchas, David mantiene su fe en la fidelidad y el poder de Dios para salvarlo y protegerlo.
La alabanza a Dios en toda circunstancia: A pesar de las pruebas, el salmo concluye con una alabanza a Dios, mostrando que la adoración es la respuesta apropiada a la intervención divina en nuestras vidas.
En resumen, el Salmo 41 es una oración poderosa que combina temas de compasión, sufrimiento y confianza en Dios. Nos enseña a ser misericordiosos, a confiar en la intervención de Dios en momentos de dificultad, y a alabarlo en todo momento, sabiendo que Él es fiel y nunca nos abandonará.