¿Qué dice el Salmo 88?
SALMO 88 Reina-Valera 1960
Súplica por la liberación de la muerte
Cántico. Salmo para los hijos de Coré. Al músico principal, para cantar sobre Mahalat. Masquil de Hemán ezraíta.
1 Oh Jehová, Dios de mi salvación,
Día y noche clamo delante de ti.
2 Llegue mi oración a tu presencia;
Inclina tu oído a mi clamor.
3 Porque mi alma está hastiada de males,
Y mi vida cercana al Seol.
4 Soy contado entre los que descienden al sepulcro;
Soy como hombre sin fuerza,
5 Abandonado entre los muertos,
Como los pasados a espada que yacen en el sepulcro,
De quienes no te acuerdas ya,
Y que fueron arrebatados de tu mano.
6 Me has puesto en el hoyo profundo,
En tinieblas, en lugares profundos.
7 Sobre mí reposa tu ira,
Y me has afligido con todas tus ondas. Selah
8 Has alejado de mí mis conocidos;
Me has puesto por abominación a ellos;
Encerrado estoy, y no puedo salir.
9 Mis ojos enfermaron a causa de mi aflicción;
Te he llamado, oh Jehová, cada día;
He extendido a ti mis manos.
10 ¿Manifestarás tus maravillas a los muertos?
¿Se levantarán los muertos para alabarte? Selah
11 ¿Será contada en el sepulcro tu misericordia,
O tu verdad en el Abadón?
12 ¿Serán reconocidas en las tinieblas tus maravillas,
Y tu justicia en la tierra del olvido?
13 Mas yo a ti he clamado, oh Jehová,
Y de mañana mi oración se presentará delante de ti.
14 ¿Por qué, oh Jehová, desechas mi alma?
¿Por qué escondes de mí tu rostro?
15 Yo estoy afligido y menesteroso;
Desde la juventud he llevado tus terrores, he estado medroso.
16 Sobre mí han pasado tus iras,
Y me oprimen tus terrores.
17 Me han rodeado como aguas continuamente;
A una me han cercado.
18 Has alejado de mí al amigo y al compañero,
Y a mis conocidos has puesto en tinieblas.
Reina-Valera 1960 ® © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960.
SALMO 88 Nueva Versión Internacional
Cántico. Salmo de los hijos de Coré. Al director musical. Según majalat leannot. Masquil de Hemán el ezraíta.
1 Señor, Dios de mi salvación,
día y noche clamo ante ti.
2 Que llegue hasta ti mi oración;
presta oído a mi súplica.
3 Tan colmado estoy de calamidades
que mi vida está al borde de la muerte.[a]
4 Ya me cuentan entre los que bajan a la fosa;
parezco un hombre que se quedó sin fuerzas.
5 Me han puesto aparte, entre los muertos;
parezco un cadáver que yace en el sepulcro,
de esos que tú ya no recuerdas,
porque fueron arrebatados de tu mano.
6 Me has echado en la fosa más profunda,
en el más tenebroso de los abismos.
7 El peso de tu enojo ha recaído sobre mí;
me has abrumado con tus olas. Selah
8 Me has quitado a todos mis amigos
y ante ellos me has hecho aborrecible.
Estoy aprisionado y no puedo librarme;
9 los ojos se me nublan de tristeza.
Yo, Señor, te invoco cada día
y hacia ti extiendo las manos.
10 ¿Acaso entre los muertos haces maravillas?
¿Pueden los muertos levantarse a darte gracias? Selah
11 ¿Acaso en el sepulcro se habla de tu gran amor
y de tu fidelidad en el abismo destructor?[b]
12 ¿Acaso en las tinieblas se conocen tus maravillas
o tu justicia en la tierra del olvido?
13 Yo, Señor, te ruego que me ayudes;
por la mañana mi oración llega ante tu presencia.
14 ¿Por qué me rechazas, Señor?
¿Por qué escondes de mí tu rostro?
15 Yo he sufrido desde mi juventud;
muy cerca he estado de la muerte.
Me has enviado terribles sufrimientos
y ya no puedo más.
16 Tu ira se ha descargado sobre mí;
tus violentos ataques han acabado conmigo.
17 Todo el día me rodean como un océano;
me han cercado por completo.
18 Me has quitado amigos y seres queridos;
ahora solo tengo amistad con las tinieblas.
Santa Biblia, NUEVA VERSIÓN INTERNACIONAL® NVI® © 1999, 2015, 2022 por Biblica, Inc.®, Inc.®
SALMO 88 Nueva Traducción Viviente
Para el director del coro: salmo de los descendientes de Coré. Cántico; entónese con la melodía de «El sufrimiento de la aflicción». Salmo[a] de Hemán el ezraíta.
1 Oh Señor, Dios de mi salvación,
a ti clamo de día.
A ti vengo de noche.
2 Oye ahora mi oración;
escucha mi clamor.
3 Mi vida está llena de dificultades,
y la muerte[b] se acerca.
4 Estoy como muerto,
como un hombre vigoroso al que no le quedan fuerzas.
5 Me han dejado entre los muertos,
y estoy tendido como un cadáver en la tumba.
Soy olvidado,
estoy separado de tu cuidado.
6 Me arrojaste a la fosa más honda,
a las profundidades más oscuras.
7 Tu ira me oprime;
con una ola tras otra me has cercado. Interludio
8 Alejaste a mis amigos
al hacerme repulsivo para ellos.
Estoy atrapado y no hay forma de escapar.
9 Los ojos se me cegaron de tantas lágrimas.
Cada día suplico tu ayuda, oh Señor;
levanto a ti mis manos para pedir misericordia.
10 ¿Acaso tus obras maravillosas sirven de algo a los muertos?
¿Se levantan ellos y te alaban? Interludio
11 ¿Pueden anunciar tu amor inagotable los que están en la tumba?
¿Pueden proclamar tu fidelidad en el lugar de destrucción[c]?
12 ¿Puede la oscuridad hablar de tus obras maravillosas?
¿Puede alguien en la tierra del olvido contar de tu justicia?
13 Oh Señor, a ti clamo;
seguiré rogando día tras día.
14 Oh Señor, ¿por qué me rechazas?
¿Por qué escondes tu rostro de mí?
15 Desde mi juventud, estoy enfermo y al borde de la muerte.
Me encuentro indefenso y desesperado ante tus terrores.
16 Tu ira feroz me ha abrumado;
tus terrores me paralizaron.
17 Todo el día se arremolinan como las aguas de una inundación
y me han cercado por completo.
18 Me has quitado a mis compañeros y a mis seres queridos;
la oscuridad es mi mejor amiga.
Footnotes
- 88:TÍTULO En hebreo Masquil. Puede ser un término literario o musical.
- 88:3 En hebreo el Seol.
- 88:11 En hebreo en Abadón?
La Santa Biblia, Nueva Traducción Viviente, © Tyndale House Foundation, 2010.
SALMO 88 Traducción en lenguaje actual
Dios mío, no me dejes solo
SALMO 88 (87)
Himno de la Escuela de música de Coré, compuesto por Hemán el ezraíta. Instrucciones para el director del coro: Este himno deberá cantarse como un lamento.
1 Dios mío,
tú eres mi salvador;
día y noche pido tu ayuda.
2 Permite que mi oración
llegue a tu presencia;
¡presta atención a mis ruegos!
3 Sufro tantas calamidades
que estoy al borde de la muerte.
4-5 ¡Parece que ya no tengo remedio!
¡Hasta hay quienes me dan por muerto!
Parezco un cadáver ya enterrado,
al que nadie toma en cuenta
porque la muerte se lo llevó.
6 Es como si estuviera
en el barranco más oscuro.
7 El golpe de tu furia
ha caído sobre mí;
es como una inmensa ola
que me ha hecho naufragar.
8 Por ti he perdido a mis amigos;
me consideran repugnante.
Es como si estuviera preso
y no encontrara la salida.
9 Es tan grande mi tristeza
que se llenan de lágrimas mis ojos.
Hacia ti, Dios mío, tiendo los brazos,
y te llamo a todas horas.
10 Si realizas un milagro,
¿te darán gracias los muertos?
¡Claro que no!
11 Allá en el sepulcro,
donde termina la vida,
no hay quien hable de tu amor
ni de tu fidelidad.
12 Allá en las tinieblas,
donde todo se olvida,
nadie sabe de tus milagros
ni de tus actos de justicia.
13-14 Dios mío,
todas las mañanas
te busco en oración;
¡yo te ruego que me ayudes!
¿Por qué me rechazas?
¿Por qué me das la espalda?
15 Desde que era joven
he sufrido mucho;
¡he estado a punto de morir!
Soy víctima de tus castigos,
¡y ya no puedo más!
16-17 Sobre mí recayó tu enojo;
me tienes derrotado;
tus ataques me rodean a todas horas
y me tienen cercado por completo,
como las olas del mar.
18 Por ti ya no tengo amigos;
me he quedado sin familia.
¡Ya sólo me queda
esta terrible oscuridad!
Copyright © 2000 by United Bible Societies
Explicación del Salmo 88
Este salmo es una de las oraciones más sombrías y angustiosas en todo el libro de los Salmos. A diferencia de otros que terminan con una nota de esperanza o alabanza, este concluye con una profunda sensación de abandono y sufrimiento. Expresa el dolor de alguien que se siente completamente apartado de Dios, amigos y familiares, sumido en una angustia emocional y física. Aunque es un lamento oscuro, el hecho de que se presenta como una oración muestra que, incluso en el dolor más profundo, el salmista sigue clamando a Dios, reconociendo su soberanía.
Información sobre el Salmo 88
El Salmo 88 se caracteriza por ser un clamor de desesperación y sufrimiento incesante. No contiene el alivio o la respuesta que se espera en otros salmos de lamentación, lo que lo hace único en su tono. Aquí, el salmista reconoce que sus aflicciones vienen de la mano de Dios, lo que intensifica su dolor, pero aún así, continúa elevando su oración con persistencia. Este enfoque resalta la idea de que, incluso cuando no comprendemos la razón detrás de nuestras pruebas, debemos continuar buscando a Dios.
Contexto histórico
Este salmo fue escrito probablemente en un contexto de profunda aflicción personal o colectiva. Algunos estudiosos sugieren que pudo haber sido compuesto durante el exilio babilónico o en momentos de gran angustia nacional para Israel. Otros lo interpretan como una expresión personal del salmista que experimentaba una enfermedad o persecución grave. El sentido de aislamiento que refleja una experiencia de soledad extrema, tanto espiritual como social.
Estilo literario
El estilo del Salmo 88 es predominantemente de lamentación. Su estructura es un clamor que va en aumento, y el lenguaje está lleno de metáforas de la muerte, el sepulcro y la oscuridad, lo que intensifica el sentido de desesperación. La repetición de frases que expresan el aislamiento emocional y físico profundizan el dolor. A diferencia de otros salmos, no hay una transición hacia la esperanza, lo que lo hace particularmente impactante.
Relevancia teológica
Teológicamente, este salmo nos enseña que la vida cristiana no está exenta de sufrimiento y dolor profundo. Aun en esos momentos de oscuridad donde parece que Dios no responde, sigue siendo legítimo acudir a Él con nuestras quejas y sufrimientos. Este salmo resalta el misterio del sufrimiento y la aparente lejanía de Dios en ciertos momentos, pero también nos muestra que es posible seguir orando, incluso cuando no se siente la presencia de Dios.
¿Quién lo escribió?
El salmo está atribuido a Hemán el ezraíta, un miembro de la tribu de Leví, conocido por su sabiduría y por su rol como cantor en el templo. Hemán, junto con otros levitas, era responsable de la música en la adoración del templo. Su nombre en la inscripción sugiere que este salmo no solo fue una expresión personal de Hemán, sino también una oración litúrgica que pudo haber sido utilizada en momentos de luto o angustia dentro de la comunidad de Israel.
Aplicación del Salmo 88
Este salmo nos muestra que, en los momentos más oscuros, cuando todo parece perdido, aún es válido seguir acercándose a Dios. El hecho de que el salmista continúa orando a pesar de no recibir respuestas inmediatas es una poderosa lección de perseverancia en la fe. Nos enseña que la oración no siempre necesita ser alegre o llena de esperanza, y que podemos presentar nuestras angustias más profundas ante Dios, incluso cuando no sentimos Su presencia.
Enseñanzas principales del Salmo 88
La realidad del sufrimiento : El Salmo 88 no minimiza el dolor ni lo evade. Reconoce la profundidad del sufrimiento humano, mostrando que el dolor es parte de la experiencia de vida.
La persistencia en la oración : A pesar de su angustia, el salmista sigue clamando a Dios. Esto nos enseña la importancia de orar constantemente, aun cuando no recibimos una respuesta inmediata.
El misterio del silencio de Dios : Aunque Dios parece ausente, este salmo nos recuerda que Su silencio no significa abandono. A veces, la experiencia del sufrimiento viene sin explicación, pero debemos seguir confiando en Dios.
Expresión de la queja : Este salmo legitima el expresar nuestra queja ante Dios, demostrando que es posible llevar nuestros sentimientos de abandono y dolor a Él.
El sentido de aislamiento : El salmista se siente completamente solo, incluido el apartado de sus amigos y seres queridos. Esto refleja la experiencia humana de sentirnos aislados, pero también nos recuerda que no estamos solos en esa lucha.
Fe en medio de la oscuridad : Aunque el salmo no termina con esperanza, el hecho de que existe como una oración es en sí mismo un acto de fe. Nos enseña que podemos seguir buscando a Dios en los momentos más oscuros.
Dios soberano en todo : A lo largo del salmo, el sufrimiento del salmista se atribuye a la voluntad de Dios. Esto destaca la soberanía divina, aún en medio del dolor inexplicable.
En resumen, el Salmo 88 es una poderosa expresión de la realidad del sufrimiento humano y del aparente silencio de Dios. Aunque no contiene la resolución que otros salmos ofrecen, es un recordatorio de que, incluso en la más profunda angustia, nuestra relación con Dios no debe romperse. A través del clamor persistente, aprendemos que la fe no siempre es radiante y que, a veces, la oración consiste simplemente en presentarnos ante Dios con nuestras heridas abiertas, confiando en Su presencia aun cuando no la sentimos.